Ella es Mía

“Hace 3 años les escribí sobre Sunny, mi pastora inglesa, que era mi sol y mi sombra. Sunny no está más, pero Mía, una revoltosa bearded collie de 18 meses, vino a estar conmigo.

Es la simpatía en persona, animal, persona , ella se acerca, se pone de rodillas y quiere jugar, pero claro es cachorrona y grandota. Algunos perros y dueños le temen especialmente al ser pequeñitos pero ella sabe medir su fuerza.

Pero ella es Mía, a pesar de que la hija del encargado del edificio insiste en que “no es tuya papi”, y aunque tiene cuanto juguete canino y humano existe, su amor son las botellas de gaseosa, con las que puede jugar sola o tirándosela para que la busque y es incansable.

Tenemos una librería donde trabajamos juntas y ella, cuando entra alguien y lo siente amistoso, se pasa del otro lado del mostrador a buscar un mimo, que sin dificultad casi todos le dan. O, si no, se para del lado vendedor apoyando sus patotas, como preguntando ¿Qué necesita?

Es mi dulce de leche canino, pero tiene su carácter, obedecer no es su fuerte, a pesar de que trato de convencerla que nuestra convivencia seria más fácil si no le saltara de alegría a la gente y se sentara a recibir los mimos que igual le dan, ya que es conocida por todos y apreciada aún por los no tan amantes perrunos.

Sunny no está más, pero Mía trata de llenar el vacío que dejó. Acá les mando una foto  “atendiendo””, dice Helena Arrechea.

A mi dulce Beto 17/09/94 – 28/05/06

Llegaste un día como un rayo de luz a nuestra casa.
Pequeña bola de pelo negro y pestañas como arañas.
Corrías por todos los rincones,
saltabas y mordías patas de mesas y sillones.
Barriendo con tus orejas como alas,
para luego mirarnos con tus ojos caídos, como dando lástima.

Compartimos contigo viajes, playas, juegos y atracones de arena.
Muchos sustos, pero muchas más tus alegrías e incondicional amor.
Amigo, cuanto te amamos, cuanto amor compartido, en estos casi 12 años.
Es tan grande hoy el amor como el dolor.
Jamás te olvidaremos, pues tenemos el corazón
y nuestra casa rebozando de ti.

Betito…ya estarás corriendo y saltando
en una alfombra de nubes, atrapando pelotas de estrellas.
Estarás con nuevos amigos que te ladran en busca de juegos,
y harán todos juntos el paraíso perfecto.

Querido amigo y compañero
Sé que algún día jugaremos juntos nuevamente
y compartiremos los caminos del cielo.
No nos olvides porque nosotros JAMÁS lo haremos.

TE AMAMOS…

TU FAMILIA.

Laura Byron

Homenaje y bienvenida

“Una vez tuve un gato hermoso, compañero, bien peludo, enooorme, se llamaba “Beltrán”, nos acompañó 15 años. Murió de viejito. Yo me quedé muy triste y sabía que nunca más iba a tener un gato así.

E intentando llenar ese vacío comencé una búsqueda feroz de un gato parecido a él. Yo lo extrañaba tanto, que aunque fuera otro, quería que fuera así, enorme y peludo. Me volvi loca buscando en las veterinarias, en la calle, por Internet. Hasta aprendí las razas de gatos peludos que existen. Me llegaron a ofrecer un Main Coon por 1200 dólares + pasaje para Argentina porque era brasilero. Bueno, una locura total.

Yo no quería pagar, quería adoptar uno tan enorme y elegante como era el anterior.

Finalmente, un día pasé por una veterinaria y vi con sorpresa que en una jaula había una laucha negra en adopción.

Era un gato negro, tan chiquito que aun tenía ojos celestes. Tenía 20 días y ya estaba en adopción. Me partió el corazón. Y aunque era la antítesis de lo que estaba buscando, lo adopté.

Me dije, no puedo permitir que un gatito tan bebé esté en una jaula para ser adoptado. Me daba pena y pensé: “quién lo va a querer”. Le puse de nombre Coco.

Le tuve que enseñar a comer, lo obligué a comer con una jeringa, porque estaba prácticamente raquítico, me costó un montón, pero con mucho amor, y gracias a los consejos de mi veterinario, lo sacamos a flote. Hoy por hoy es una pantera, y tiene un pelo super brillante. Es enorme, de pelo corto. Y tiene una personalidad super fuerte. Es mi amigo y mi copañero. Y no me arrepiento de haberlo adoptado. Y con respecto al anterior, ninguno reemplaza a ninguno. Cada uno tiene su lugar en mi corazón. Beltrán, está en mis recuerdos, y Coco, en mi casa”, dice María Fernanda Boveda.

Cuando un amigo se va…

“Se fue nuestro amigo. Después de 14 años de compartir nuestra vida con él, Tomcito se fue al cielo o al paraíso de los perros o a donde quiera que se vayan estas criaturas que tanta felicidad nos dan en tan poco tiempo.

Ojalá hayas sido tan feliz como nosotros lo fuimos a tu lado. Gracias por todo el cariño que nos diste. Perdón si en algún momento perdimos un poco lo paciencia y no supimos responder a tus necesidades. Hoy sentimos tu ausencia y nos duele el alma, ya no estás en el pasillo, ya no está tu olor, ya no está tu ladrido ni tu llanto, pero siempre vas a estar en nuestro corazón. Chau Tomcito, que descanses en paz”, dice María Teresa Mendieta.

Sin compromisos

“Lullye llegó a mi vida hace un año y algunos meses. Godo, dos meses más tarde. Entre ellos se llevan bién. Ahora, yo he tenido que posponer algunos cambios y arreglos, por ejemplo, los tapizados están todos destrozados, me rompieron un vidrio de 2 metros de alto, todos los días aspiro el departamento, duermo siempre acalambrado porque se me pegan al cuerpo los dos. El barrio está lleno de papelitos (vivo en un sexto piso) y a Lullye le encanta verlos volar. Me cuesta salir por más de 24 horas, me divierto y el compromiso me hace mirar menos televisión.  Soy feliz con su compañía”, dice Mario Diaz Mendez.

Buscando desesperadamente a Pancho

Este perro es Pancho, también conocido como Mayo.

Hacía casi cuatro años que vivía en la plaza de Mayo. Al principio yo lo alimentaba y luego lo empezó a hacer una chica que trabaja en frente a la Plaza.

Pancho  se fue ganando la simpatía de los policías de la plaza; hasta dormía bajo techo en el lugar donde guardan armas. Era era muy común verlo acompañándolos en toda ocasión, no se iba ni cuando se armaba lío en la plaza.

Hace unos días una de las chicas que lo conoce me contó que hace tres meses desapareció, nadie sabe nada, los veteranos de Malvinas (re macanudos con los perros, siempre tienen buena onda con los que aparecen) que tienen su carpa allí hace un año tampoco saben nada de él.

Si bien no es un perro super amistoso, no jode sino lo joden a el, la verdad que me da mala espina todo esto… Si alguien sabe algo ó tiene algún dato de qué fue lo que le sucedió, por favor avisenmé, no es que tenga donde llevarlo, pero quiero saber qué pasó con él. Gracias por publicar y difundir”, dice Vivi, y deja un teléfono: 155 747 3739.

Una enorme familia

Nos escribe martín Piccoto. Y dice: “Le presentamos a la familia, todos machos. De mayor a menor (en edad) el Border Osy tiene 4 años; el más inquieto, el caniche Bebu, que tiene tres años: es tan  malcriado que hasta duerme en un dormitorio en suite.

Luego viene Arco, de dos años, Ovejero Alemán. Es medio salamín: se cayó a la pileta un par de veces. Y el mejor amigo de Chiwy,  de un año y medio, el chiguagua el más pequeñín y peleador.
Me olvidaba: falta Pity, el canario, pero se lo comió el gato de la vecina, aunque no lo creean, con todas estas fieras en guardia.”

Corbata, una perra desobediente

“Esta es Corbata, una schnautzer miniatura a la que no le gusta cortarse el pelo, pero sí revolcarse en medio de las hojas y esconderse detrás de las cortinas.

Desde chiquita, Corbata elegía dormir oculta tras la tela de cualquier cortina de la casa, dejando que sólo su naricita y algunos pelos de su bigote blanco se asomaran por debajo. Es súper alegre y cariñosa, a diferencia de su padre, que suele deprimirse y también de su madre que es de lo más seria e independiente.

Pero ella los molesta tanto a los dos, que al fin logra que jueguen… al menos un rato”, dice Mori Ponsowy.

Las mascotas de Paula

Hola, soy Paula de 12 años y quiero mostrarles las fotos de mis mascotas. El gato se llama Brahms tiene 7 años es muy mimoso y dormilón. Y la perrita se llama Nacha, tiene 10 años, es muy jugetona, linda y le gusta salir a pasear. Estas son mis mascotas, ¿Les gustan?. Dejen sus comentarios.

Gracias a la lluvia…

“Este es Bebu. Llegó con la lluvia hace un año atrás.

En la foto con Pituca, la mayor de los seis: todos se adaptaron”, dice Walter, de Río Cuarto.