Queridos amigos del Archivoscopio, hoy retomamos nuevamente el contacto. Estuvimos mudándonos con nuestro querido archivo, sector donde trabajamos quienes hacemos este blog. Espero que les guste este post.
El insomnio ha sido una preocupación constante a lo largo de los siglos. Como muestra de ello, en 1905 el Suplemento ilustrado de LA NACION daba cuenta de esto, ofreciendo soluciones a este problema. Aquí varios de los inventos para desterrarlo para siempre
Un invento francés
El alouette, un aparato que se inspiraba en el balanceo de una cuna. Dos listones de madera con siete espejitos de colores, que hacían las veces de agujas, oscilaban continuamente en forma horizontal. Y era muy práctico porque era tan chiquito que se podía llevar en un bolsillo.
El paciente se sentaba cómodamente sobre un sillón. A más tardar después de una hora , caía rendido por el sueño. Así lo garantizaban los hipnologistas. ¿El secreto? Mirar fijamente los espejitos de colores girando, a razón de una vuelta por segundo.
Otra opción , “lámpara hipnótica”, encandilaba a la pobre victima de tantos noches en vela. Milagro o no, la intensa luz un le provocaba una intensa somnolencia y una gran fatiga.
Con la “corona vibradora”, la cabeza era rodeada por tres fajas de metal , y varias varias tiras con resortes que se desprendían de ahí vibraban suavemente sobre los párpados, hasta inducir al sueño.
Un poco de historia..
La preocupación por el descanso ha estado presente en las más diversas culturas.
En Finlandia , los lapones hacían dormir a sus “enfermos” tocando un tambor mágico. En tanto los nobles rusos acostumbraban hacerse rascar los tobillos por sus sirvientes hasta que conciliaban el sueño. Las madres coreanas, algo parecido. Rascaban la panza de sus hijos y lograban adormecerlos. En fin, una serie de inventos, y soluciones diferentes para resolver un problema que nos quita el sueño. ¡ A descansar.!