Estación López, casi borrada del mapa

Eran las 18 y 30 hs de aquel  miércoles 6 de mayo de 1992. Hacia apenas 10 minutos que se habia cortado la luz cuando de pronto, sin aviso alguno y sin pedir permiso, se desató el terrible tornado que arrasó con la casi totalidad de las viviendas de Estanislao López. Si hasta la capilla de esta pequeña localidad bonaerense, distante apenas 20 km. de Benito Juárez, sucumbió a la fatal estocada del traicionero viento, que alcanzó una velocidad de 400 Km. por hora.

Dicen los que lo sufrieron que fueron apenas 3 minutos. Los suficientes como para dejar en pie solo 5 casas.

Asi lo cubrió La Nación en sus ediciones del 8 y 9 de mayo de 1992

Este Tornado es considerado, segun los expertos, como uno de los mas violentos de nuestro pais. Resulta casi milagroso que solo hayan fallecido 2 personas. Una de ellas era Tomasa Bustos,de 46 años, quien murió aplastada por las paredes de su casa que fue totalmente destruida. Una de las fotos de la galeria muestra los escombros de su vivienda.La otra víctima fatal fue Raquel Aguilera, de 15 años, que falleció cuando circulaba con su bicicleta por la acera de esa casa.

Aqui les dejo una galeria de fotos del hecho:

 

Luego,  gracias a la solidaridad de los vecinos juarences y a la acción de las autoridades, fue posible la reconstrucción de Estación López en octubre de 1992.

La totalidad de las fotos exhibidas pertenecen a nuestro Archivo. Las mismas fueron tomadas por el fotógrafo Jorge Mangione.

Lucienne Boyer visita Buenos Aires

El 10 de julio de 1938, Buenos Aires fue testigo de un hecho no tan común, la visita de una estrella internacional de la canción, en tal vez, el mejor momento de su carrera. Nos referimos a la encantadora, sutil y refinada Lucienne Boyer (1903-1983), una de las cantantes más personales que surgieran del mundo del music-hall y de los legendarios cabarets parisinos en el fascinante y dramático período de Entreguerras.

La Boyer, bellísima y muy elegante, resultó especialmente esquiva al momento de tratar con los periodistas locales acerca de temas personales, entre ellos, la súbita pobreza de su familia (de sólida clase media) al morir su padre en la Gran Guerra, que la llevó a ella a los 14 años a trabajar en una fábrica de municiones, y un fracaso matrimonial que arrastraba también como pesada carga.

Venía acompañada por dos talentosos cantantes y comediantes, Tabet y Jacques Pills. Con este último se casaría posteriormente y con el tendría a su hija Jacqueline, estupenda cantante ella misma a comienzos de los años 60.

Lucienne Boyer viajó al país con estos dos artistas para presentarse en el Teatro Casino, dónde oficiaría de presentador nada menos que el entrañable Pedrito Quartucci.

Llegaba, claro, precedida por el éxito legendario de su grabación del tema de Jean Lenoir, Parlez moi d’amour” que había vendido 300.000 discos y que había obtenido el primer Grand Prix du Disque en 1931.

Allí, la sensual y tenue voz de la Boyer, rescataba toda la belleza melancólica de una de las mejores canciones de amor de todos los tiempos, con la que se animaría incluso hasta el mismísimo Carlos Gardel, que la llevó también al disco.

La Nación no pudo estar ajena a este impactante evento cultural que reunió a una legión de entendidos en el Casino, reseñando en una crítica entusiasta la actuación de la cantante francesa, a la que definió diciendo: “Lucienne Boyer es un panorama de París, que se escucha, se siente y hasta se ve en su semblante y en sus ademanes, en la juvenil ilusión de sus mujeres, prematuramente marchitadas por todas las asperezas del mundo.”

Cuando los huevos de Pascua no solo eran de chocolate

Cuenta la leyenda que cuando nació el emperador Marco Aurelio una gallina puso un huevo manchado de rojo, signo de buena estrella. Su madre lo ocultó para evitarle persecuciones.

En consecuencia se volvió costumbre entre los romanos regalar  huevos coloreados como signo de felicidad. Cada región tenía su método particular para decorar los huevos.

Crudos o cocidos. Se los hervía con distintas verduras, que por lo general llevaban cebolla, yerbas, flores o frutos. Las encargadas de realizarlos eran muchachas solteras, y se llegó a establecer todo un lenguaje, particular para  decorarlos en cada región.

Grandes supersticiones se crearon alrededor de estos huevos, si el color era firme y parejo, podía simbolizar un buen año de cosechas, o también lo contrario. Con el correr de los años las técnicas se fueron desarrollando de manera más compleja y muy perfeccionista, convirtiendo a los huevos de Pascua en objetos de arte, los cuales eran guardados de generación en generación.

Era muy común regalar huevos artificiales, de mármol, piedras duras, o semipreciosas, de cristal, metal, porcelana, o madera. Muchos de ellos realizados en  mármol por los presos que trabajaban en las minas. Ha veces los mismos se recubrían con una fina lámina de oro y se los decoraba. Había otros huevos macizos que eran regalados por los príncipes.

Francisco I fue quién introdujo la costumbre de regalarlos con algo en su interior.Carl Fabergé joyero de la corte imperial rusa diseñó el primer huevo que realizó para la familia de Alejandro III para la zarina en 1884.

Era de oro y en su interior tenía una gallina del mismo material con ojos de rubí. Y una corona  en miniatura. En Inglaterra hacía fines de la Edad Media, cada fiel aportaba un huevo a su iglesia.

Durante las Pascuas en el momento de entonar el himno, los obispos arrojaban un huevo sobre los cantantes del coro. Los cuales con gran destreza tenían que atraparlo en el aire y se lo pasaban de uno a otro. Regalar huevos de Pascua, siempre fue considerado un símbolo de vida y prosperidad, por suerte acompañada de un exquisito chocolate para todos los golosos como yo.

Vivir en el Delta

Buscando unos datos que me pidieron sobre el Delta del Paraná me encontré con unas estupendas fotografias de época. Son imágenes que muestran a los habitantes del lugar en pleno desarrollo de sus actividades cotidianas entre  1963 y 1992. Si, casi tres décadas sintetizadas en algunas fotos…casi tres décadas ya pasaron desde aquel entonces…

La que encabeza el post es la foto de unos hacheros que atraviesan el monte isleño rumbeando hacia su trabajo. El alma anónima. Los que llegan  desde diferentes puntos del rio Paraná y se integran al ambiente armados con sus hachas y con sus motosierras.

En las siguientes galerias de fotos vas a poder ver a los isleños desarrollando sus quehaceres cotidianos (Trabajando el mimbre y los juncos, algo muy típico de la zona), niños trabajando (Cosecha de pomelos y rumbo a la huerta) y niños yendo en la lancha escolar e ingresando en el muelle que los deposita en la escuela, mujeres en sus labores de todos los dias, una lancha almacen, el sacerdote croata Nicolás Mihaljevic en su parroquia sobre el Paraná Mini y un festejo del carnaval.

 

 

 

Las fotografias exhibidas en el post son reproducciones de originales en papel fotográfico del Archivo del diario La Nación. Los autores de las mismas son: Adolfo Pasalacqua, Cayetano Galizia y Juan Di Sandro.

Premio a la virtud en 1905

 

El 27 de mayo de 1905, con destacado despliegue, La Nación reseñaba la entrega de los Premios a la Virtud, un evento que se repetía todos los años y en el cual, las entidades locales de beneficencia reconocían a una serie de matronas de la época por sus logros en tareas humanitarias, protegiendo a niños desvalidos, atendiendo a personas enfermas y ayudando a paliar las más sórdidas miserias humanas. Miserias qué, como siempre, el Estado descuidaba y dejaba en las manos de particulares, que por supuesto hacían lo mejor que podían.

Así que en aquella ya tan lejana jornada, en un teatro Politeama engalanado para la ocasión, en cuya puerta se afanaba la banda del asilo de huérfanos con aires festivos y marciales, y ante una rebosante concurrencia, se fueron entregando los premios a aquellas esforzadas mujeres por las que guardamos, desde ya, un merecido respeto.

Eso sí, como el cinismo nos puede, viendo las fotos de los rostros de las mencionadas señoras, que La Nación publicara en forma tan destacada en aquella ocasión, nos surge una duda casi existencial. ¿Tenían aquellas respetables damas alguna otra opción que la virtud?

Cuando la juventud empieza a desaparecer en 1905

  

No dejo de reírme como en 1905 LA NACION en su suplemento ilustrado aconsejaba a sus lectoras sobre temas de belleza. A continuación lo comparto con ustedes.

La sola idea de envejecer es terriblemente desagradable y repelente para algunas mujeres, sin embargo, no debía ser así, porque la pérdida de la juventud no implica necesariamente la perdida de la belleza. En toda mesa de toilette debe haber lo siguiente. Grasa de cerdo benzoatada para las manos agrietadas.Manteca de coco para fortalecer las cejas. Aceite de almendras dulces para las uñas quebradizas. Avena fina para suavizar el agua. Polvo de tiza precipitada como dentífrico. Vino blanco como agua astringente. Agua de alhucena para añadir un poquito al agua de lavarse. Agua de saúco para refrescar la cara cuando está muy encendida

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¿Te acordas del Suplemento infantil LA NACION?

 

El 26 de junio de 1980 aparecía el Suplemento Infantil La Nación. El cuál se publicó hasta el año 1996. Con personajes recordados por todos como “Laura de hoy aquella adolescente de doce años que fue creciendo durante la tira ilustrada por Dionisia Fontán.

Sus historias eran seguidas por miles de adolescentes del momento. Y los sucesos de la época fueron fielmente reflejados en sus páginas. Las Malvinas, el amor, la amistad, todo lo que sucedía en la vida de esta entrañable joven.

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Los rusos de Choele Choel

Eran 115. Venian de Hong Kong. Su origen se remontaba a los Montes Urales en Rusia. Los llamaban los “viejos creyentes ortodoxos”. Por ser fieles a sus creencias fueron expulsados a Siberia primero, a la Manchuria China después, para finalmente radicarse en Hong kong, en su último periplo por Europa y Asia.

Estos rusos blancos, con la ayuda del Consejo Mundial de Iglesias, pudieron llegar a la Argentina, más precisamente a Rio Negro, en septiembre de 1965.  La idea inicial era afincarse en la zona del Valle Azul pero, atrapados por la hospitalidad que les brindaron los habitantes de Choele Choel, compraron 100 hectáreas en esta isla rodeada por el Rio Negro donde, luego de 400 años de deambular por distintos paisajes,  se quedaron a vivir para siempre.

Te dejo aquí una galería de fotos que datan del año 1966, apenas 5 meses después de su llegada a Choele Choel.

Las fotografias aqui exhibidas pertenecen en tu totalidad al Archivo del diario La Nación. Las fotos fueron tomadas por Oscar Mosteirin.

Miriam Makeba, no sólo el Pata-pata

 

En el gélido junio de 1968, los entendidos que compraron entradas para los shows de Miriam Makeba en el cine-teatro Opera sabían muy bien que la gran cantante negra (expulsada de su Sudáfrica natal por haberse opuesto en forma más que explícita al odioso Apartheid) era una artista completísima, que mezclaba el canto tribal de las distintas etnias africanas con el glamour de una mujer sofisticada que hasta diseñaba el tipo de ropa que usaba en escena (por supuesto inspirado en la vestimenta folklórica de su tierra) es decir mucho más que la fiebre del “Pata-pata”, su hit mundial, un ritmo contagioso que volvía locos a los jóvenes en las discotecas del verano europeo.

La Makeba había decidido trasladarse a los EE.UU. donde debutó en el programa de TV de Steve Allen en 1959, luciendo su hermosa voz de amplio registro, tan profunda como sensual.

Luego en Londres coincidiría con el también cantante y actor de color Harry Belafonte, quién la orientó para moverse en las siempre intrincadas redes del mundo discográfico.

Mientras tanto, la Makeba, alta y esbelta, con una figura sencillamente imponente, fue acumulando maridos, entre ellos el trompetista Hugo Masekela , el mismo que alcanzaría su consagración mundial en el festival hippie de Monterey en 1967 y con su destacada participación en el hit de The ByrdsSo You Want to Be a Rock and Roll Star”, incluido en el legendario album “Younger Than Yestarday”, también de ese año.

Luego de Masekela, incluso, sería el turno del famoso y controvertido militante de los derechos civiles de los negros, Stokely Carmichael.

Cuando vino a Buenos Aires, tal vez para muchos de los jóvenes aprendices locales de playboys que gambeteaban la noche en la pista de Mau-Mau y trataban de sacar el pasito del “Pata-pata”, una danza endiabladamente contagiosa que se bailaba rigurosamente suelta, fue una sorpresa descubrir los quilates de una artista sensacional que con el tiempo se convertiría en una de las más fieles abanderadas de su amado continente africano.

 

 

 

 

La piedra movediza de Tandil y sus curiosidades

El 29 de febrero de 1912 se derrumbó en Tandil la famosa piedra movediza. Esa tarde a las 17, sin que nadie pudiese explicarlo, soplaba una brisa muy suave. La piedra se cayó, con un gran estruendo, girando sobre sí 90 grados hasta llegar a sostenerse en tres peñascos de la ladera. De esta forma se cayó un mito y grandes fueron los intentos en ese momento. Querían soldarla, reponerla, dejarla allí arriba aunque dejase de ser movediza. En el año 1938 se destinaron 70.000 pesos para su colocación, el proyectó fracasó. En 1953 algo que podría ser entendido como una ingenuidad, el Sr. Juan Otranto intentó pegarla con cemento algo impensable. Se realizaron intentos que no fueron efectivos en 1952, 1955 y 1966.

Recordemos un poquito la leyenda en aquellas tierras vivía un cacique muy cruel llamado Tandil. A tal punto llegaba su maldad que hasta sui propia esposa Mini decidió conspirar contra él. El castigo no se hizo esperar y Mini fue atada a un alto peñasco hasta que la muerte la alcanzó. Antes de morir Mini dijo al cacique Tandil. “Mi muerte conmoverá a la montaña y tus ojos verán mi corazón latiendo en esta piedra”

Así se originó la leyenda de la piedra movediza de Tandil, señalada a fines de siglo y durante la primera década del 900 como una de las maravillas del mundo que todos querían conocer. Ya en 1867 el ingeniero Moog trató de resolver el misterio hizo cálculos y afirmó que la piedra oscilaba sesenta veces por minuto o sea a razón de un movimiento por segundo.

En 1901 un acróbata italiano llamado Vanzello , subió a su cúspide y ante mil personas hizo una prueba acrobática. Apoyado en su mano derecha elevó el cuerpo sobre la piedra movediza. Dos nuevos personajes ofrecen en enero de 1967 levantar la piedra y devolver su oscilación.

Sin cobrar absolutamente nada. Ellos son los ingenieros Juan y Jorge Maxwell. Los cuales tuvieron el proyecto que no pudo ser llevado a cabo ya que es difícil pensar en oscilar 385.000 kilogramos.

Recién en el 2007 cuando se decidió colocar una imitación de la piedra construida en el parque industrial y colocada con una grúa.

¿Contame, la conoces?

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