Esta curiosa imagen muestra a un juvenil Gary Cooper (uno de los más importantes astros de Hollywood en los años 30) dirigiendo un saludo bien personalizado a los lectores de La Nación en enero de 1936.
¿Cómo se dio este peculiar homenaje? El asunto fue más sencillo de lo esperado.
Por aquellos años se encargaba de la crítica cinematográfica en nuestro medio, Manuel Peña Rodríguez (1906-1970), que a su profundo conocimiento de la técnica y el arte cinematográfico, sumaba una simpatía natural y una habilidad proverbial para codearse con los grandes genios del ambiente de Hollywood en su época dorada.
Sus largas entrevistas a directores, guionistas y astros del cine, publicadas mayormente en nuestro suplemento dominical en huecograbado, incluían, habitualmente, una fotografía autografiada especialmente para los lectores de La Nación.
En este caso, el “gallego” Peña Rodríguez fue aún más lejos y logró que Gary Cooper posara casi como un hombre-sandwich (sin soltar su pipa, claro) saludando a la multitud de admiradoras que lo seguían desde las páginas de La Nación.