Hay tendencias que cambian todos los años. Otras se instalan para quedarse porque gustan demasiado. Háblese de las leggins, el animal print, ni hablar del eterno jeans. No importa si se usan hasta el hartazgo. En sentido contrario, hay tendencias que son muy difíciles de asimilar en un principio y por lo tanto, se va incorporando de a poco. Por ejemplo, el talle alto de los pantalones. Hace una década, era impensable que las más jóvenes se animaran a ponerse otra cosa que no estuviese por debajo del ombligo. El mismo criterio para unos pantalones con pinzas, que habían caído en total desuso. Esa es la parte más desafiante de los creativos de la moda. Cambiar las costumbres. La camisa que un año se ve perfecta, al año siguiente parece corta o demasiado entallada. Todo cambia, se renueva de manera silenciosa. Y hasta las personas que ofrecen resistencia a los caprichos de las tendencias, imperceptiblemente, se encuentran envueltos en ella. No hay manera de burlar la moda. Igual que los estilos, la manera de combinar la ropa. Algo que se emula de las modelos de las revistas, celebrities o de la misma gente en la calle: en el subte, camino al trabajo, en la cola del cine. O esa vendedora, que desde su tienda del barrio, enseña a su clientela cómo lucir su propuesta, a cómo llevar una camisa por debajo del suéter, en lugar de la insulsa remera de manga larga.
Para este invierno, ya está todo dicho sobre el regreso triunfal de la falda larga en alianza con botas de caña alta. Quienes pisen los 40, seguramente recordarán ese estilo bohemio de fines de los 70, que volvió con todo en las últimas pasarelas de invierno boreal 16/17 (en Hermès, foto de apertura; más abajo, Saint Laurent), como en los looks de primera fila. La mismísima editora de Vogue Estados Unidos, Anna Wintour y la celebrity francesa, Caroline de Maigret, le levantaron el pulgar.
No importa si es un vestido, una falda amplia o estrecha. Tampoco el largo, que puede ser midi, como se puede ver en el último desfile de Prada (abajo, foto de la izq.) o en Chanel (a la der.). Con poco, este invierno, se podrá dar una vuelta de tuerca a lo que ya existe en el placard. Bienvenida la tendencia.
Lady Di, uno de los grandes iconos de la moda de la época, apreciaba mucho ese estilo.