A todos los hogares en París (y en Francia) les llegó en estas semanas la declaración de impuestos. Es un formulario en donde cada uno declara lo que ganó durante el año anterior (en este caso, el 2010) y que con frecuencia viene pre-llenado ya que las empresas se ocuparon de informar previamente lo que cada empleado ganó en el año laboral precedente. En la Argentina sería el equivalente al Impuesto a las Ganancias. Y es el tema de conversación de los parisinos en estos días, aunque con discreción: los franceses no andan gritando por todos lados cuánto ganan ni cuánto pagan.
El impuesto aquí es progresivo y depende básicamente de dos variantes: los ingresos (los que más ganan, más pagan) y la situación familiar (cuantos más hijos, mayores deducciones). En otras palabras: el “soltero codiciado” pagará más que el “padre de familia”.
1. Ingresos. El cálculo en Francia consiste, de manera super simplificada, en sumar todas las ganacias sujetas al impuesto (sueldos, pensiones y beneficios entre otros) … y paradójicamente rogar que el monto no exceda ese límite en el que se empieza a pagar más.
Los que ganaron hasta 5963 euros en todo el año 2010 (unos 500 euros al mes) no pagarán impuestos. A partir de allí, y redondeando: 5,5% de impuestos para los que ganaron entre casi 6.000 y casi 12.000 euracos, 14% para ingresos de entre casi 12.000 y más de 26.000, 30% entre 26.000 y 70.000, y 41% de impuestos para los que ganaron 70.000 euros o más en el año 2010.
2. Situación familiar. Es LA manera de lograr exoneraciones: los casados/divorciados/separados/viudos, con hijos o personas a su cargo, benefician de reducciones respecto a los solteros sin hijos. Un ejemplo rápido: una pareja con tres hijos, y con una base imponible de 100.000 euros, pagará unos 8.700 euros de impuestos anuales. La misma pareja en la misma situación, pero sin hijos, pagará 19.000. Ni hablar de Julien: soltero, sin hijos y con un super sueldo.
Según la información oficial, este año Francia planea recolectar unos 52 mil millones de euros en impuestos. Es el segundo ingreso más importante para el Estado después del Impuesto al Valor Agregado, que aquí llaman TVA (130 mil millones de euros). Y lo reinvierte en educación e investigación (87 mil millones), colectividades territoriales (58 mm), deuda (45 mm) y defensa (37 mm), entre las asignaciones más importantes. Pero pese a recaudar casi 272 mil millones de euros, Francia seguirá teniendo un déficit de 91 mil millones de euros.
Todo viene muy bien explicado en cuadernos y papeles que acompañan el formulario. Incluso así, si uno se equivoca y paga de más, el Estado francés devuelve ese monto enviando un cheque por correo a ese hogar.