¿A qué estás dispuesto a renunciar para terminar con la pobreza?

En este post, les comparto la entrada de Lucila Rodriguez-Alarcon en el blog PLANETA FUTURO del diario El País, de España.

¡Sin desperdicios! Y para que cada uno reflexione sobre a qué está dispuesto a renunciar para que todos podamos tener lo mínimos indispensable y llevar una vida digna.

Desigualdad

Portada del informe de desigualdad de @oxfamintermon

Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es un fenómeno natural. La causan los seres humanos y puede ser superada y erradicada gracias a la actuación de esos mismos seres humanos. Acabar con la pobreza no es un gesto de caridad; es un acto de justicia. Es proteger un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras siga habiendo pobreza, no habrá verdadera libertad. Nelson Mandela.

El otro día me citó mi buena amiga Isabel Ramis (@yayel) para contarme una idea que le ronda la cabeza. Durante un viaje a Sudáfrica este verano, tras leer una frase de Mandela escrita en un muro, ha decidido que va a dedicar parte de su talento como experta en comunicación para concienciar a la gente de que acabar con la pobreza es posible. Quería saber mi opinión.

Sin duda acabar con la pobreza es posible en términos absolutos. La pregunta es ¿a qué estamos dispuesto a renunciar para que los demás dejen de ser pobres? La pobreza es un estigma de otros. Como explica magistralmente Martin Caparrós en su libro “El Hambre”, hay millones de hambrientos en el mundo pero nosotros no conocemos a ninguno, porque se encuentran todos concentrados en sitios alejados. Lo interesante de la pobreza en este mundo globalizado es que nos beneficia a todos a distancia. Una distancia suficientemente grande para que gocemos de sus ventajas sin sentir un ápice de responsabilidad.

Me explicaba mi amiga que en realidad ella no quería que todos fuéramos iguales, no se trata de que todo el mundo tenga lo mismo, se trata de que no haya pobreza extrema. “Se trata de asegurar que los que menos tienen por lo menos tengan suficiente para comer y acceso a la educación”. Ya, pero, eso destruirá el desequilibro que nos nutre de ropa barata, aparatos electrónicos baratos, comida barata, en definitiva consumo barato, e incluso, de consumo a secas. La gente que trabaja en las maquilas no lo hace porque les guste. Trabajan hacinadas miles de hambrientas con el único de fin de sobrevivir un día más y así nosotros podemos tener una camiseta fabricada en El Salvador que cuesta 10 euros, o mucho menos. El hambre de un mundo es la energía que nutre al otro.

Mi amiga estaba convencida que es todo una cuestión de información. “La gente no sabe que se puede acabar con la pobreza, cuando se lo contemos reaccionarán”. La verdad es que las personas en general somos buena gente. No deseamos mal a los demás. Pero estamos inmersos en un sistema perverso que no nos deja mucho margen para pensar. Vamos corriendo como el conejo de Alicia en el País de las maravillas. Para sobrevivir en este contexto construimos barreras emocionales que nos protegen del entorno. Aun así, cuando algún estimulo externo nos toca reaccionamos y ponemos nuestro grano de arena para el cambio. Compramos de un modo ético, comercio justo o ecológico, colaboramos con alguna organización, somos solidarios. Los mercados aceptan esos pequeños destellos de humanidad que emergen mercantilizándolos rápidamente. Lo eco y lo fair son tendencia. Algo en que pensar. Pero de todos modos, como dice Martin Caparrós, los pequeños tenemos una pequeña responsabilidad en lo que pasa, comparado con la gran responsabilidad que tienen los que producen las camisetas en El Salvador. Aunque seguramente los que se lucran gracias a la miseria de los demás no son conscientes del todo de su responsabilidad, como no lo somos los que compramos las camisetas. Pero eso, como a nosotros, no les exime de ella.

Pero entonces, “¿no podemos hacer nada para acabar con la pobreza?”. La verdad es que si pensara que no podemos hacer nada no estaría aquí escribiendo este artículo. Yo creo que sí podemos hacer, creo que debemos hacer y creo que concretamente ahora vivimos un momento excepcional de cambio inminente que realmente puede abrir las puertas de un nuevo modelo económico-social. Existe todo un movimiento que está impulsando el cambio y gracias al nuevo paradigma de la revolución digital puede llegar a ser global. Cada uno tenemos que encontrar la forma de participar activamente en este cambio empezando en todos los casos por aceptar que el modelo en el que vivimos no es bueno, aunque estemos cómodos en él. De hecho, no es un modelo que aporte la felicidad, sino más bien lo contrario.

“¿Has hablado de un movimiento global?”, me espetó mi amiga. Sí, un movimiento global. Prueba de ello es que “El capital” de Picketty es un best seller mundial…

¿A qué podrías renunciar de tu día a día para que otros puedan tener más y así llegar a tener una sociedad más justa?

Por una sociedad más inclusiva

Hoy, se celebra a nivel mundial el Día de las Personas con Discapacidad, una fecha ideal para reflexionar sobre qué puede hacer cada uno de nosotros para construir una sociedad en la que todos puedan desarrollar sus derechos y habilidades.

Con el lema Juntos por una Sociedad Más Inclusiva, las organizaciones AMIA, ASDRA, BOCA Social, CILSA y Olimpíadas Especiales Argentina organizan un evento deportivo en el que participarán personas con y sin discapacidad.

Niños y adultos con y sin discapacidad se reunirán para compartir fútbol, básquet, béisbol, actividades lúdicas, baile y la Carpa de Cilsa, donde se darán talleres y se invitará a los asistentes a “ponerse en el lugar del otro”. El objetivo del evento es la promoción del derecho de las personas con discapacidad a estar incluidas en todos los ámbitos de la sociedad.

Adicionalmente, las organizaciones están convocando a sus seguidores en redes sociales a difundir sus fotos con carteles que tengan la leyenda “Yo quiero una sociedad inclusiva”, con el hashtag #UnaSociedadInclusiva

¡Sumate a esta movida y se vos también parte del cambio!

¿Qué crees que le falta a la sociedad argentina para ser más inclusiva?¿Es un tema de políticas públicas o de conciencia social?

¿Qué cambiarías de tu cuerpo?

¿Cuándo fue la última vez que nos sentimos seguros en nuestra propia piel?

Con esta frase, el siguiente corto busca interrogarnos sobre cuán cómodos nos sentimos con nuestro cuerpo y hasta qué punto nos vemos condicionados por los estereotipos que la sociedad nos impone.

Primero le preguntan a personas adultas, si pudieran cambiar algo de su cuerpo, qué sería. Se obtienen las más diversas respuestas: la frente, ser más alta, las orejas, las estrías, la piel, los ojos.

Pero lo mágico sucede cuando aparecen los niños en escena y se descuelgan con respuestas como las siguientes:

“Quisiera tener una cola de sirena”

“Una boca de tiburón”

“Teletransportación de mi cuerpo”

“Piernas como una chita para correr más rápido”

“Alas para volar”

“No creo que haya nada para cambiar”

“Realmente me gusta mi cuerpo”

Con total naturalidad, los niños se sienten conformes con su cuerpo y sólo se les ocurre sumarle poderes sobrenaturales o vinculados con los animales. Porque ellos, todavía no están contaminados por la constante publicidad que plantea un único modelo de cuerpo perfecto ni bombardeados por la insatisfacción generalizada del mundo adulto frente a su envoltorio.

Con el objetivo de concientizar sobre esta problemática, diferentes marcas están orientando sus mensajes a que las mujeres se quieran como son y hasta se animan a usar modelos más naturales.

Este es el caso de Dove que en esta pieza rescata el paso de la edad como algo positivo:

De hecho, las marcas que siguen apostando por el “cuerpo perfecto” han incurrido en fuertes repudios sociales y hasta han tenido que cambiar su estrategia publicitaria. Esto le sucedió recientemente a la marca de lencería Victoria’s Secret quién debió cambiar el slogan de su campaña “Un cuerpo perfecto”, luego del fuerte reclamo de los usuarios a través de las redes sociales. Promovidos por una petición del sitio Change.org se viralizó el hashtag #iamperfect, donde usuarios de todo el mundo hicieron oír su disconformidad con el anuncio.

Incluso, los usuarios empezaron a subir a las redes su propia versión del “cuerpo perfecto”, para mostrar el ridículo contraste con la original.

Por su parte, la fotógrafa Victoria Janashvill realizó numerosas producciones con modelos con curvas para que estas puedan sentirse más aceptadas. “Algunas mujeres tienen más curvas, algunas mujeres son más flacas, otras un poco más bajas o un poco más altas y creo que cada una de ellas tiene su belleza propia”, dice.

Acá una de sus piezas:

De yapa, les adjunto la columna de Felicitas Rossi publicada en Moda: Muñeca real que tiene mucho que ver con el tema.

¿Qué opinás de las modelos de hoy?¿Cómo hacer para que las adolescentes y jóvenes amen su cuerpo y apuesten por una vida saludable más que por un cuerpo de modelo?

Por qué quiero que mis hijas aprendan empatía en vez de chino

En este post, simplemente transcribo esta columna de Forbes España, escrita por Ana Sáenz de Miera, en la que habla sobre los beneficios de la EMPATIA. ¡Disfruten!

 

Estoy embarazada de mi tercera hija; ya en el séptimo mes y con una tripa notoria. Y cada vez que me subo al metro para volver a casa del trabajo, con el vagón abarrotado, observo cómo la gente, al verme entrar, gira la cabeza hacia otro lado. Mejor dicho, gira la cabeza hacia su Smartphone para evitar ver a una embarazada a un metro de distancia, a quien saben deberían dejarle el sitio. Son muy pocas personas las que me miran a los ojos y se levantan para dejarme su asiento. No sé si saben chino, programación o son buenas en matemáticas. Pero hay algo que sí tienen en común todos ellas: empatía. Empatía de esa que te mueve y te lleva a hacer algo por el otro. Empatía en acción.

Esa es la empatía que mueve a las personas a hacer cosas por los demás. A construir un paritorio en Camerún, a donar su tiempo y esfuerzo por una causa común. La que mueve a un joven a montar una iniciativa social en su colegio.

Pero la cosa no queda aquí. La empatía en acción, en contra de lo que se piensa, no solo es buena porque ayuda a los demás. La empatía es esencial para tener éxito personal. La empatía es la que hace que una persona trabaje bien en equipo, que un líder sea bueno, que una empresa enfoque sus servicios a las verdaderas necesidades del cliente, o que un joven sepa cómo actuar en una entrevista de trabajo.

La empatía no surge solo cuando uno mira a su entorno. La empatía nos hace mirar de otra forma a nuestro entorno, fijándonos en las necesidades y preparando la acción.

De nada sirve que alguien sea un buen orador, si no es capaz de darse cuenta de que lo que está comunicando no interesa. La empatía en acción nos lleva a innovar y nos hace más pragmáticos y exitosos. Más felices. Y, además, ayuda a que el mundo vaya mejor.

La buena noticia es que la empatía se puede aprender y practicar. Existen emprendedores sociales, como la canadiense Mary Gordon, que ya están impulsando la empatía en escuelas desde hace casi 20 años y demostrando con resultados tangibles los beneficios objetivos de la empatía.

Pero no hace falta irse tan lejos. Existen colegios en España que están trabajando la empatía en acción con sus alumnos y logrando resultados excelentes. Este curso, por primera vez, los niños de primaria en Canarias tendrán la suerte de cursar la asignatura –obligatoria y evaluable- “Educación Emocional y para la Creatividad”, donde dos veces a la semana trabajarán la empatía y otras emociones.

A día de hoy, este tipo de indicadores no computa en los rankings de los top 100 colegios de España, que desgraciadamente siguen centrados en los resultados académicos. Pero si todos nos concienciamos de su importancia – como en su día pasó con la alfabetización- y empezamos a demandarlo y a practicarlo, las cosas cambiarán.

Yo quiero que mis hijas aprendan empatía. Para que no giren la cabeza hacia otro lado. Para que sean personas activas a las que sí les importa lo que pasa ahí fuera, y se movilicen por ello. Para que tengan éxito personal y profesional. Y para que cuando vayan a China, sean capaces de entender a los locales con solo mirarles a los ojos.

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Fuente: Roots of Empathy

Ana Sáenz de Miera (@asaenzdemiera) es directora de Ashoka en España y Portugal , la mayor red de emprendedores sociales del mundo. Ashoka está trabajando para cambiar el paradigma de la educación, y a través de la iniciativa global Start Empathy, está seleccionando a aquellos colegios visionarios que están demostrando que enseñar la empatía es posible.

Chicos que son grandes ejemplos

Santiago Aranguri tiene 14 años y cuando se enteró de que cada día se pierde una persona en la Argentina, supo que tenía que hacer algo para colaborar con esta problemática. Se le ocurrrió que podía crear una plataforma digital para que las personas puedan colaborar en tiempo real, con las búsqueda de estas personas.

Pero había un problema: no sabía nada de programación. Sin embargo, eso no fue un impedimento. Le pidió a un profesor que le explicara lo que necesitaba saber para poder llevar adelante su idea. “No saber por dónde empezar, pero empezar igual”, esa es la propuesta de este joven que dio una charla en TEDxORTArg. Hoy, Santiago está trabajando con la ONG dedicada al tema, Personas Perdidas, que ya está empezando a utilizar su aplicación.

Hay cientos de casos de chicos y chicas que ponen su tiempo y energía al servicio de los demás y son ejemplos a seguir. Algunas de ellas, son las finalistas del Premio Impulsar 2014, el galardón anual pensado para jóvenes de 13 a 18 años que con su acción social inspiren a sus pares.

Camila Fretes, 18 años, Quilmes (Buenos Aires)

Cami brinda ayuda comunitaria en Villa Luján, un barrio muy humilde ubicado en su barrio donde viven más de 40 niños en situación de calle. Todas las semanas, les lleva abrigo, calzado, comida e infusiones calientes para tomar. Además, les enseña cuidados básicos de higiene personal y los ayuda con los deberes alentándolos a seguir en la escuela.

Luján Zuñiga, 17 años, General Roca (Neuquén)

En 2011, junto a compañeros de colegio, Luján formó el grupo Ven y Verás. Con ellos, viaja todos los años a la zona de la meseta de la provincia de Chubut a construir tinglados y casas para familias necesitadas. Además, realiza actividades solidarias en su propia ciudad.

Franca Duje, 17 años, Córdoba (Córdoba)

Todos los sábados a la mañana, Franca ayuda a niños de familias carenciadas del sur de Córdoba Capital. Además de meriendas, charlas y apoyo pedagógico, colabora con la recaudación de fondos para financiar el arreglo de plazas y la contratación de profesores particulares.

Estos son todos chicos que son impulsores de ideas para ayudar a otros. Pero también existen los que se suman como voluntarios a propuestas de ONG como Techo, Universitarios para el Desarrollo, Fundación Reciduca, Idealistas o 1minutodevos, entre tantas otras.

Chicos que son grandes ejemplos … que inspiran, que dan esperanza, que muestran que con buenas ideas y voluntad, SE PUEDE MEJORAR EL MUNDO.

¿Conocés otros casos de jóvenes solidarios?¿Qué ONG le recomendarías a chicos que quieren ayudar con alguna causa social?

“Cada uno puede poner lo mejor de sí”

Ingresar en Angel Carranza 1962 es como entrar en casa. A primera vista, la casona nos recibe con paquetes de donaciones acomodados en alimentos, agua, ropa, zapatos. Hay talleres con calor a hogar y abuelas tejiendo, una panadería que nos perfuma con exquisito aroma a pan recién horneado. Recorremos un gran patio colmado de bellísimos banderines, con niños aprendiendo a ser solidarios de la mano de sus madres, nos encontramos en la Fundacion Si, te invitamos a conocer a Manuel Lozano, un luchador por la igualdad de oportunidades, una persona fiel al estilo de puertas abiertas de la Fundación.
La primera pregunta es casi obligada ¿cómo haces para manejar Fundación Si y no enloquecer?

Es sencillo, es esto que ves (dice Manuel señalando al patio colmado de niños y voluntarios), es el equipo de trabajo la mayor riqueza que tiene la Fundación. Es un grupo enorme, en todo el país somos cerca de 2000 voluntarios de los cuales hay muchos que son estables, con un compromiso enorme, que ya nos conocemos hace tiempo, que sabemos en qué es bueno cada uno. Este es un espacio donde cada uno puede poner lo mejor de sí, entonces todo resulta muy fácil. Es hermoso. Somos todos amigos o nos llevamos muy bien y el equipo te permite ir descansando en el resto de los integrantes.

¿Qué disfrutas de tu labor en la Fundacion?

Todo. No lo puedo considerar “un trabajo”, no sólo porque no cobro sino porque es lo que amo hacer. Si me preguntas cuál es mi lugar en el mundo, te digo “Angel Carranza 1962. De hecho pienso más como adornar este lugar que mi casa. A mi casa llego, me acuesto, duermo y vuelvo.  Mi vida pasa acá dentro y me encanta.

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¿Cómo planeaste la Fundacion Si?

Todo se fue dando, no fue muy planificada. La veo como un espacio abierto donde todos puedan formar parte.

Me parece clave que las puertas siempre estén abiertas, se pueda entrar, preguntar “qué hay para hacer” y ya ser parte.

Me parece que es algo que nos distingue y que me encanta que así sea.

Participan de muchísimas campañas, como la semana de la sopa en Agosto, reciben donaciones, ¿cómo manejas las colaboraciones con empresas?

Nosotros elegimos cuando arrancamos no recibir fondos del Estado, así que nos solventamos únicamente con aportes privados, ya sea de empresas o de particulares. La verdad es que tenemos la suerte de trabajar con empresas que están súper comprometidas con nuestros proyectos, desde lo humano por parte de los empleados que también ponen el cuerpo. Eso está bueno porque es seguir generando consciencia. Creo que para lograr un cambio real y profundo tenemos que ser cada vez más, a eso apuntamos todo el tiempo.

Una de las campañas más conocidas que tienen es la de Recorridas Nocturnas.

Hace dos años que pasamos de las “Recorridas del frio” a las Recorridas Nocturnas, se hacen los 365 días del año, sin importar el frio, el calor.

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¿Cómo empezaste a trabajar con personas en situación de calle? ¿Cómo fue el acercamiento?

Arrancamos con dos amigas, no pensamos que jamás fuera a suceder esto, hoy pasamos de eso que era sólo en las noches de frio una vez por semana a hacerlo en forma diaria con un abordaje integral.

Hay muchos profesionales que trabajan voluntariamente, tenemos diferentes equipos: médicos, psicólogos, gente que trabaja las adicciones, con las embarazadas y los bebes, con los abuelos en calle, un equipo que trabaja inclusión social, inclusión laboral. Abordamos todas las problemáticas que vamos encontrando en calle. Fue todo parte de un aprendizaje de lo que fuimos viendo, de cosas que nos fueron saliendo mal y  que nos fueron saliendo bien, de hechos dolorosos que veíamos y pensábamos de qué forma poder abordarlos, de limitaciones con las cuales nos encontrábamos.

Decíamos “hasta acá llegamos de esta forma, tenemos que ver cómo superar aquello” y así se formaba un área nueva… Así se fue gestando todo lo que nos permite hoy no estar focalizados en el frío sino más bien en que puedan mejorar su calidad de vida y ayudarlos a salir.

¿Cómo surgió la panadería en la sede de Palermo?

Nosotros creemos que más allá del impacto que podemos tener en cada uno de los proyectos, formar una nueva generación comprometida y educar en solidaridad son claves. En Diciembre de 2013 hicimos una fábrica de juguetes aquí. En ese caso, los chicos construían un juguete, sabían para qué era, no se lo llevaban ellos… y preguntaban “¿por qué es para otro?” Ahí podíamos explicarles que hay gente que vive en la calle y no recibe un juguete porque no tiene familia y eso los empieza a hacer conscientes de la realidad y que ellos también pueden ser parte de la solución. Es nuestra idea de formar una generación que va a poder continuar con lo que nosotros soñamos y seguir modificando la realidad que tanto falta hace. De allí surgen estas ideas de poder trabajar con los más chicos esto, en el caso de la panadería, junto a los mayores amasan pan que luego es repartido en las recorridas nocturnas.

Mucha gente se está sumando a los movimientos solidarios, pero siempre sobre cuánto hay que involucrarse… que le dirías a alguien que quiere empezar a ayudar.

Creo que el camino del voluntariado es muy personal y muy íntimo de cada uno, donde cada quién debe ir buscando el espacio en el cual se sienta cómodo para que eso perdure en el tiempo. No a todos nos interesa trabajar las mismas problemáticas obviamente, el desafío es ir buscando esos caminos hasta encontrar el lugar. Ojalá que la Fundacion sea el espacio para muchos.

Hay que animarse a empezar. Nos cuesta mucho dar el primer paso… surgen frases como “no conozco a nadie” “¿y qué tendré para hacer” “yo no tengo plata”… hace falta un rato, puede ser una noche en la semana o dos horas libres para venir acá, siempre tenemos cosas para hacer.

 

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¿Qué características tienen que tener aquellos que se quieran sumar como voluntarios a la Fundación?

La característica es que no hay características. Es heterogéneo en las edades, los lugares de donde vienen, las ideologías, las creencias, la sexualidad… en todo. Adelante, hay señoras tejiendo que tienen 80 y pico, está lleno de chicos en la panadería, hay profesionales, hay amas de casa, jubilados, estudiantes, desocupados. Hay personas que antes eran destinatarias de nuestros proyectos y ahora son voluntarios. Es difícil poner una característica, si te diría que deben tener mucho amor para dar, eso es lo que nos une y nos identifica a todos.

¿Qué historia de voluntarios podes contarnos?

Esta es una casa abierta todos los días gracias a los voluntarios. Las recorridas se realizan todos los días, es un compromiso con el otro enorme. El compromiso de los voluntarios del interior, donde el contacto es por mail o por teléfono. Ni hablar de gente que arrancamos ayudando y hoy es voluntario, hay gente que está trabajando hoy aquí que la conocimos en la calle. Es un cambio 180 grados porque no solo pudieron cambiar sus vidas, sino que están cambiando la vida de otros. El cambio es contagioso y eso es lo maravilloso.

Seguí a la Fundación SI en Twitter @sifundacion

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Esta esta una nota de Revista Lima

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La fuerza de los prejuicios

Este “experimento social” que consiste en ver la respuesta que tiene la gente común frente a un mendigo que pide plata para comer o para el colectivo y un profesional o ejecutivo, muestra cómo – incluso sin ser conscientes – juzgamos a las personas por su apariencia y condición social.

Pero en este caso, la reacción inlcuso es más llamativa y preocupante, porque los ciudadanos comunes se inclinan más por ayudar al profesional y no al que vive en situación de calle, cuando claramente este último es el más necesitado.

Sin embargo, es muy probable que las personas se hayan sentido más identificados con el caso de aquel que sale del trabajo y se quedó sin monedas para volver a su casa, que con aquel que no trabaja y vive de pedir limosna, al que elije, en algunos casos, ni siquiera escuchar.

¿Por qué será que nos asusta tanto lo diferente?¿Por qué no podemos concentrarnos en la persona que está del otro lado y escuchar lo que necesita? Esta imagen que está circulando en las redes sociales, ilustra perfectamente que más allá del color de la piel, de las creencias religiosas, de la elección sexual y también de la condición social, todos somos seres humanos con las mismas necesidades de amor, cuidado y respeto.

Pero, ¿de qué manera discriminamos los argentinos? Según el Mapa de la Discriminación 2013, elaborador por el Inadi, el 38% de los consultados considera que la discriminación tiene que ver con la falta de educación, el 24% que es una violación de los derechos humanos y el 16% que es una cuestión moral.

En relación a cuáles son los grupos sociales más discriminados, el 85% considera que son las personas pobres, el 78% que son las personas con sobrepeso u obesidad y el 71% que son las personas migrantes de países limítrofes.

Por otro lado, los lugares en donde en mayor medida las personas encuestadas perciben mucha o bastante discriminación son los boliches bailables, la calle, las escuelas, la televisión y las comisarías.

¿Cuáles son los principales prejuicios que creés que hay que erradicar de nuestra sociedad?

“Ayudar es muy fácil”

Anfora_Nicaragua

A Luis Merino el voluntariado le cambió la vida. Alguien, tras detectar su relativo desencanto con el día a día le animó a hacerse voluntario. Como le gustaban los libros y el estudio, esa oportunidad en una biblioteca que encontró un día en internet le pareció ideal. Se animó. No sabía que pasaría solo una tarde entre libros y tras esto un año entero entre personas, pero no cualquier tipo de personas.

La biblioteca estaba en un hospital de enfermos terminales y pronto el contacto con los libros se tornó en contacto con aquellos que esperan la muerte. Estar tan cerca de lo que es el final, le hizo ver el valor de la vida. Una vida, la suya, que había construido según le habían dicho que era lo correcto. Padre de familia y al cargo de decenas de ingenieros en una reconocida entidad bancaria de España, algo le decía sin embargo que no, que eso no era lo que debería ser la vida, no sentía que pertenecía a ese entorno, a esa estructura programada y ‘correcta’.

Lo que pasó a partir de ahí nos lo cuenta a través de una charla amigable. Hablar con Luis es hablar con un hombre como él dice ‘reencarnado’, vibrante, lleno de entusiasmo, de ganas de hacer la diferencia. El camino lo ha encontrado a través de una sucesión de experiencias y lo ha canalizado a través de un maravilloso proyecto, AnforaSoftware. Nos cuenta su historia, inspiradora y llena de coraje y amor por el otro en tres preguntas.

Luis, ¿dónde estaba el problema, qué te hizo ver la necesidad?

La verdad es que todo comenzó con mi contacto con el voluntariado, para mi fue como cuando la vida te da una bofetada para que reacciones. Yo vi morir a mucha gente, niños, jóvenes, ancianos en muchas diferentes circunstancias y esto me hizo ver que la vida de verdad es un suspiro. Me dije “yo voy a intentar hacer de la vida algo interesante, que cada mañana me levante con ganas”. Tenía que hacer algo para encontrar un sentido a ese escenario de cartón piedra que me parecía la vida.

Comencé hacer un curso de emprendimiento social y gracias a mucha gente que se movía en el campo de la cooperación me di cuenta de algo de lo que no era consciente: el mundo está lleno de dispositivos móviles. Yo no me lo creía. Pensaba que lo que le haría falta a la gente en muchos lugares sería calzado, ropa… otras cosas. Tuve que contrastarlo para darme cuenta que era verdad, hay millones y millones de móviles en el mundo y muchos se encuentran precisamente en países en vías de desarrollo. Fue entonces que me pregunté… ‘Y si introducimos contenidos educativos en dispositivos móviles para llegar a niñ@s en lugares remotos donde no llega la educación’. Si podemos hacer eso, podemos no cambiar radicalmente la realidad, pero dar posibilidades, abrir el horizonte para muchos… Así nació AnforaSoftware

¿Qué fue lo qué desencadenó su paso a la acción?

Luis y Alfredo. Impulsores de Anfora Software

Mi hija tenía 7 años cuando un día me dijo, –“¿papá, me ayudas con los deberes?” – y me presentó dos hojas con 20 sumas y yo pensé… ‘este es el momento en el que Ángela va a odiar las matemáticas para siempre’ y yo, un tipo cuadriculado al que le encantan las matemáticas me dije ‘tengo que hacer algo’ y le hice un programa para el teléfono muy sencillo con música y sonidos para aprender a sumar. Cuando estábamos en un atasco, esperando en la sala del médico, o en ratos muertos aquí y allá… jugaba con el programa. Se motivó tanto que de repente las matemáticas pasaron a ser su asignatura favorita y comenzó a traer unas notas estupendas. Pasó de ser algo aburrido a ser algo divertido. Ahí es donde yo dije: ‘si hacemos que el aprendizaje mediante una forma divertida le pueda llegar a niños que estén en lugares donde de otra forma la educación no llegaría, ¿qué sería posible?‘. Nunca pensé que con lo que ofreces en el teléfono se van a hacer ingenieros, ni periodistas… pero sí  creo que puede ser la llave para que encuentren una motivación, que les despierte la pasión para poder aprender. Fue así que comencé AnforaSoftware, con un prototipo y lanzándome a probarlo primeramente en Nicaragua

¿Qué hace que el tiempo dedicado a este proyecto merezca la pena?

La vida es algo más de lo que te habían contado siempre. Siempre te han dicho que tienes que progresar, conseguir un trabajo estupendo, que tus vecinos te mirarán bien, que tu familia pensará que todo es genial, te vas a cambiar de coche cada poco tiempo… ¡es todo estupendo! ¡es genial! … pues nos han engañado. Eso no funciona, puedes llegar a lo que te han dicho y ver que vida sigue siendo gris y creer que no hay nada mucho más allá. Sin embargo hoy me despierto cada día a las cuatro de la mañana por que no puedo dormir, porque estoy emocionado. Tener la posibilidad en la mano de darle posibilidades a otra gente es lo mejor que te puede pasar. Puedes ayudar, puedes transformar, es algo impagable y me dan ganas cada mañana cuando me levanto de madrugada de abrir las ventanas y gritarle a mis vecinos, ‘es fácil, es muy fácil‘.

AnforaSoftware es un proyecto increíblemente inspirador a través del cual niños que de otra forma no tendrían contacto con la educación, pueden acceder a ella y encontrar la motivación por desarrollar el amor por el estudio, si se les hace divertido a través juegos y programas interactivos en dispositivos móviles. Con tabletas y juegos, lleva la educación a lugares recónditos así como a aquellos lugares donde hay niños que por otras razones pierden el contacto con el estudio, como niños en hospitales. Si quieren conocer más detalles sobre este proyecto, no dejen de navegar por su web.

Y si te gustó esta historia, esta otra te hará entender aún más donde para muchos se esconde la felicidad:  ‘Encontrando la felicidad fuera de la norma‘.

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Este es un post de Idealistas.org

Creatividad que salva y mejora vidas

Muchas veces la solución a un problema está al alcance de la mano, pero no podemos verla con claridad. Porque no somos especialistas en el tema, porque no estamos bien enfocados, porque no le preguntamos a los afectados qué necesitan …

Con los temas sociales esta brecha muchas veces se estira por factores como el desconocimiento, el miedo, la falta de iniciativa, el no saber cómo manejarse frente a realidades muy diferentes a las propias.

Pero cuando una persona o un grupo de personas consiguen aplicar la empatía y la creatividad al servicio del bien común, se pueden mejorar muchas problemáticas sociales.

Este es el caso de Street Store, una iniciativa que surgió en Sudáfrica con la idea de unir las necesidades de ropa de la gente que vive en la calle con las ganas de donar del resto de los ciudadanos. Miren el video y vean como de manera muy simple, TODOS QUEDARON CONTENTOS. Más de 3500 personas de la calle recibieron ropa y calzado, y se abrieron más de 121 iniciativas similares en el resto del mundo.

Otro ejemplo es el de Bridge of Life implementado por Samsung Life Insurance que tuvo la fantástica idea de iluminar el puente Mapo en Seúl que funcionaba como lugar emblemático de altas tasas de suicidio, a medida que el peatón iba caminando, mostrando mensajes alentadores y de inspiración. De esta manera, redujeron en niveles considerables el número de muertes.

Y lo más importante de este cambio de mirada y de realizar acciones de concientización y prevención, es que efectivamente tiene un impacto directo en la vida de las personas más vulnerables. Y también en el resto de la sociedad, porque se acercan a estas problemáticas, se derriban mitos, se acortan distancias …

¿Qué otras campañas te llamaron la atención por su sensibilidad y efectividad?

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¿Doy o no dinero a quien está en situación de calle?

Vas en transporte público o simplemente caminando por la calle y hay una persona que te pide dinero. Una moneda suelta, una pequeña contribución para ti puede no significar mucho, incluso puede hacerte sentir bien por haber contribuido y sin embargo la polémica sobre qué hacer en estos casos no ha encontrado aún respuesta y me sigue asaltando cada vez que doy. También me hace preguntarme si el dar o no dar directamente a quien necesita, es una decisión que puede generalizarse, o depende de cada país, de cada contexto. ¿Hay casos en los que es conveniente dar y otros en los que dar perpetúa una práctica que debe ser tratada desde otro punto de vista?

Leyendo y leyendo encuentro varios razones por las que los que no dan inciden en que eso es lo que hay que hacer…

  • Dar reafirma roles, del que da y del que recibe. El problema no se resuelve con dar dinero sino que se perpetúa.
  • Cuando das, especialmente si hay niños involucrados, estás pudiendo ser cómplice de que se siga extorsionando y usando a la infancia para tales fines.
  • Están los que ponen el foco en la tan manida frase de ‘No les des pescado, enséñales a pescar’ y cómo en ese sentido es mejor dar a organizaciones que trabajan directamente con ellos, si se quiere paliar los problemas que les han llevado a esa situación.
  • También hay quien afirma que dar no ayuda a resolver el problema, solo sirve para lavar conciencias.

Del otro lado, algunas voces afirman como…

  • Si se trata de ayudar, entre otras muchas formas está el dar dinero en efectivo y cada uno decide cómo o en qué gastar ese dinero.
  • En algunos casos extremos, puede ser lo único que les mantenga adelante.
  • No es el caso de los que hacen de la caridad ajena un modo de vida, pero hay a quienes en un momento puntual, recibir una ayuda puede darles en empujón que necesitan para no acabar en la calle.
  • La mayoría de la gente que pide lo hace por necesidad. A nadie le gusta pedir si no se viesen forzados a ello.

Particularmente me cuesta trazar una línea y ser inflexible con el cuando sí o no. En cualquier caso una cosa parece clara, no se trata de no dar, se trata en decidir cómo se da. Si no crees que dar directamente soluciona los problemas, encuentra la vía de donar que provea de otro tipo de soluciones.

¿Qué opinión les merece dar a quien pide dinero en la calle? ¿A favor o en contra?

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Este es un post de Idealistas.org