Un cumpleaños sin regalos

El sábado fue mi cumpleaños y tuve la suerte de poder festejar con mis amigos y con mi familia … Reuniones varias, salidas, asados, brindis y regalos. Todo lo que cualquier persona puede pedir para celebrar esta fecha con todas las letras.
Pero no. Me di cuenta que si en este día tan especial para mí, no hacía algo por los demás, la celebración no era completa. Asi que ya lo decidí: el año que viene voy a tener UN CUMPLEAÑOS SIN REGALOS.

No es una novedad. Ya hay muchas personas que en vez de recibir regalos para ellos, deciden juntar cosas para alguna entidad. Ana María, mi madrina, por ejemplo junta juguetes y mantas para los chicos internados en el hospital Garrahan. También hay personas que deciden donar sus regalos de Navidad para un fin solidario o parejas que hacen los mismo cuando se casan, o eligen destinar su luna de miel o aniversario a una actividad de voluntariado.

Me hubiera encantado tomar esta decisión antes para poder aplicarla este año, pero será para el que viene. Estuve pensando bastante en el asunto y para mi próximo cumpleaños ya se me ocurrieron varias opciones:

1- AYUDAR A ALGUNA PERSONA O ENTIDAD: La idea no es que la gente done plata, sino que se comprometan a ir a comprar algo específico para otra persona o entidad. Así todos de alguna manera toman conciencia y participan del gesto solidario. Por eso, sería ideal “humanizar” el pedido con nombre y apellido, que conozcan sus circunstancias y se sensibilicen con lo que necesitan. Así, también, cuando se le haga entrega de todo lo recaudado, se pueden sacar fotos para después compartir con todos los que participaron.

2- COMPARTIR UNA TAREA DE VOLUNTARIADO: También me encantaría poder compartir con todos mis amigos y familiares alguna tarea de voluntariado y que ese sea el regalo. Participar de alguna maratón solidaria, ir a jugar con los chicos de un hogar, separar productos para el Banco de Alimentos, ir a leerle a los abuelitos de un geriátrico o ayudar pintando una escuela. Esto es mucho más difícil de coordinar, pero sin lugar a dudas va a ser mucho más valioso. Hay muchas ideas sobre gestos solidarios en el sitio del Día del Pequeño Gran Gesto.

3- QUE SE COMPROMETAN CON LA DONACION DE SANGRE Y ORGANOS: Pedirles que vayan a donar sangre a cualquiera de todos los puntos de recolección, que se anoten en el Incucai como donantes de órganos o en el Registro de Donantes de Médula Osea.

4- REGALOS SOLIDARIOS: Para los rebeles que crean que esta idea es una locura, proponerles al menos que si van a comprar un regalo, que lo hagan a fundaciones o entidades adheridas al comercio justo. Por ejemplo, la gente de Fundazap que tiene sus artesanías, las ONG que participan de la Red Argentina de Comercio Justo o los chicos que hacen remeras de Media Pila.

¿Alguno ya incursionó en donar sus regalos?¿Cuál de todas las opciones que planteo arriba los tienta más?

Cómo sacar lo mejor de cada persona

Estos días estuvo circulando por las redes sociales este artículo de Ana Cristina Aristizábal Uribe titulado “Cómo anular a una persona” que me pareció muy interesante. Comienza así:
“El peor daño que se le hace una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.
Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evitará usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido”.

Sus palabras – que se aplican para cualquier realidad, ya sea las políticas públicas, las parejas, las relaciones filiales, la amistad o el ámbito laboral – nos llevan a reflexionar sobre el asistencialismo en general, la sobreprotección de los padres, cuando a un chico lo fagocita su grupo de amigos, cuando una pareja domina por sobre la otra … todas esas situaciones que por diferentes motivos hacen que una persona no pueda desplegar su esencia y todo lo que tiene para dar.

Estoy completamente de acuerdo, y por eso quiere aprovechar este post para destacar el trabajo de tantas organizaciones sociales que se dedican a darle herramientas y capacitación laboral a personas de bajos recursos para que puedan vivir de su propio trabajo y sentirse dignos, que sean ellos mismos los que descubran sus potencialidades.
Porque solo así las personas pueden sentirse útiles, plenas, orgullosas frente a sus hijos, en contacto con sus talentos y levantarse todos los días con la energía para enfrentar la jornada laboral.

Son miles las ONG que en nuestro país brindan cursos a jóvenes para que puedan tener su primer empleo, que dan talleres de oficios a desempleados, o microcréditos a mujeres emprendedoras. Pero voy a destacar algunas, dándole voz precisamente a sus protagonistas que son los que mejor pueden transmitir el impacto que tuvo en ellos el poder ser los propios artífices de su destino.

María Soria, una de las beneficiarias de Mujeres 2000

María Soria, una de las beneficiarias de Mujeres 2000

Por ejemplo, Claudia Callero, es una mujer que recibió un microcrédito de Mujeres 2000 y cuenta que “a mi me sirve para mí, para tener mi plata y poder hacer mi vida particular a pesar de que vivo una vida en común con mi grupo familiar. Pero tengo mis cosas, y es un logro personal espectacular. Eso te llena de vida, porque mi idea no es sentarme todos los días frente a la televisión y ponerme a mirar la novela de la tarde. Es hacer algo para mejorar. Yo ya tengo 39 años y más allá de ser madre no quiero hacer siempre lo mismo, quiero ir mejorando de a poquito y creo que para todas mejora.

Mariana Moreno es una joven que participó de las capacitaciones de la Fondation Forge y hoy está trabajando gracias a eso: “La fundación marco mucho mi vida, ya que fue el camino y la puerta para salir a trabajar y eso es importante, sentir que estás preparado.
Gracias a los capacitadores, a mis compañeros que me marcaron mis cualidades y errores, a partir de los que pude aprender más…Y hoy estoy trabajando gracias a la Fundación y a mi gran esfuerzo y ganas por alcanzar un futuro mejor“.

Sergio Dosantos es uno de los tantos alumnos que pasaron por uno de los centros educativos que brindan formación personal y laboral a jóvenes de escasos recursos y oportunidades de la Fundación Pescar. Y dice: “Mi opinión sobre Pescar es que la mejor oportunidad que pude tener en mi vida, porque hoy puedo decir que con las cosas que estoy aprendiendo puedo prepararme y encarar mucho mejor una entrevista para conseguir el trabajo de mi vida o el indicado“.

Para cerrar, una frase de Aldous Huxley que dice “existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo”. Sólo hay que darle a las personas las oportunidades y herramientas para que puedan hacerlo.

¿Qué opinás de este artículo?

Gracias, gracias y más gracias…

El domingo a la noche acompañé a los 15 voluntarios de Estación de vida en la “ronda” que todos los domingos de 20 a 21 hacen para darle de comer a la gente que vive en la estación de Retiro.
Cuando llegamos, jubilados, familias enteras y chicos de todas las edades se iban reuniendo en la Avenida Padre Mugica a la espera de una vianda con sandwiches, un alfajor y algo caliente para tomar (sopas o chocolate caliente).
Lo que me llamó la atención es que TODOS, y absolutamente TODOS, agradecían a los voluntarios que los escuchaban, los servían y los trataban como amigos. Parados o sentados, todos se manejaban con respeto esperando a que les llegara su comida, y a pesar de su urgencia y precariedad, entendían la importancia de agradecerle a esas personas que eligen dedicar sus domingos a la noche para estar con ellos y acercarles algo para calmar el estómago y también el alma.

Y ahí me puse a pensar en CUANTAS VECES NOS OLVIDAMOS NOSOTROS DE SER AGRADECIDOS CON LA VIDA Y DE DECIR GRACIAS A QUIENES NOS AYUDAN A SER FELICES…
Por ejemplo, yo me olvido de agradecer por tener un lugar caliente en invierno en donde dormir, el tener un trabajo digno que además me apasiona, el tener una familia que me quiere y me cuida, el tener unas amigas que valen oro, el estar sana, el haber tenido la posibilidad de estudiar lo que quería y tantas otras cosas que doy por sentadas cuando en realidad debería valorar más.
Como también deberíamos agradecer a todas las personas que hacen posible que tengamos la vida que tenemos, que de alguna manera influyen en nuestro bienestar y felicidad. Desde algo tan insignificante como el mozo que nos trae la comida y hace que esa cena que estamos teniendo sea agradable, hasta cuando un ser querido hace algo por nosotros, como ayudarnos con una mudanza.
Todos los pequeños y grandes gestos valen la pena ser agradecidos, porque detrás de ellos hay una persona que se preocupa por nosotros y que hace las cosas con el mayor amor posible.

De regalo, el tema “Gracias a la vida” de la enorme Negra Sosa

Por eso, cada día que seamos capaces de ser agradecidos por esta vida, que nos permite alcanzar nuestros sueños y ser felices, es un día que ha merecido la pena vivir. Y vos ¿por qué te sentís agradecido?

Una sonrisa vale más que mil palabras

Hace unos días tuve la increíble experiencia de visitar el Taller Protegido Barrio Parque Quirno, en Hurlingham, para la nota de tapa del próximo suplemento Comunidad que sale este sábado. Allí, 38 personas con discapacidad trabajan todos los días haciendo productos para empresas de primer nivel como Unilever, YPF y Caro Cuore, gracias a que forman parte de RedActivos, una iniciativa de La Usina.

Mientras me hacían el recorrido por el lugar para la nota, miraba sorprendida el orden y la concentración con que estas personas se dedicaban a sus tareas, sin reparar en nuestra presencia. Hasta que al pasar por una de las mesas, Rosita, una chica de 29 años con síndrome de Down, me tomó de la mano, me miró y me regaló la SONRISA más linda y espontánea del mundo.

Me desarmó, me hizo volver a poner los pies sobre la tierra, resignificar qué es lo que estaba haciendo en ese lugar y poner el foco en conocer e interactuar con los verdaderos protagonistas de esa historia. Entonces nos abrazamos y me puse a charlar con ella para profundizar en su vida. Así me enteré que vive con su primo en Los Polvorines, y tiene que tomarse 2 colectivos y un tren para poder llegar todos los días al taller en el que disfruta de sentirse útil y de poder compartir el día con amigos.

Y ahí me puse a pensar en el valor y el impacto emocional positivo que tiene algo tan simple como una sonrisa. Arrancar el día sonrientes, saludar con alegría, tomarse hasta las peores cosas con humor, transmitir nuestro cariño a través de ese gesto. Cualquier cosa que hagamos va a ser mejor recibida y va a tener un valor agregado si lo hacemos acompañados por una sonrisa. Pero además, si nosotros sonreímos, quiere decir que nuestro YO interior está en armonía, contento y que quiere compartirlo con el resto de los mortales. TODOS GANAMOS.

Sin ir más lejos, son muchas las organizaciones que trabajan en la atención de enfermos, que sostienen que la risa es parte fundamental de cualquier tratamiento. Por eso existen los Payamédicos o la gente de Alegría Intensiva que visitan a los chicos internados en diferentes instituciones para que puedan explotar eso que mejor saben hacer: disfrutar de la vida y divertirse.

Pero también uno le puede regalar sonrisas a la persona que cruzamos viviendo en la calle, al chico que nos pide una moneda en el semáforo, a cualquier persona que se encuentra en una situación vulnerable para que de esa forma se sienta visibilizada, importante para un desconocido que espontáneamente le comparte su humanidad.

Quizás para poder llegar a estos gestos de amor desinteresados, sea fundamental poder practicar el vivir con alegría en nuestros propios hogares, en la interacción cotidiana con nuestros seres queridos. Por siempre, inevitablemente, EL CAMBIO EMPIEZA POR CASA.

¿Cuál fue a la última persona que le regalaron una sonrisa?

No dejar nada para mañana

Es increíble como por momentos pareciera que el día a día se nos va de las manos y no tenemos control sobre nuestras vidas. ¿Saben cuántos pendientes tengo anotados que espero algún día poder tachar de la lista? Obvio que hay algunos urgentes, otros menos importantes o también los completamente banales. Desde sacar turno para el médico hasta llevar el auto al service o ir a ver una obra de teatro que me gusta.

Y por diferentes motivos (que por supuesto nunca son lo relevantes que deberían ser) todas estas prioridades siempre quedan relegadas en algún lugar de mi cabeza y mi corazón. Bueno, uno de esos pendientes era llamar a una “vieja amiga”, una persona que conocí por trabajo pero que tuvo un impacto profundo en mi manera de ver el mundo. Me había enterado por terceros que estaba enferma y hacía tiempo que quería charlar con ella, e incluso arreglar para ir a verla.

El viernes pasado, de forma inesperada y sin anestesia, me enteré que había fallecido. Graciela Navajas, quien fuera presidenta de la Fundación Victoria Jean Navajas del Establecimiento Las Marías (productores de la yerba mate Taragüí, La Unión y La Merced) pero principalmente una GRAN PERSONA, ya no estaba con nosotros y yo no había podido despedirla como correspondía. Ella, que con su integridad, dedicación, generosidad, inteligencia y alegría me había enseñado tantas cosas, no había ni siquiera recibido un llamado mío en su peor momento.

Con Graciela Navajas en Las Marías

Pero incluso, con su partida, me dejó otro aprendizaje: NO DEJAR NADA PARA MAÑANA. Ya tengo incorporado el no dejar pasar un día sin decirle a la gente que quiero cómo me siento pero a partir de hoy, y en honor a Graciela, me comprometo a no seguir posponiendo más pendientes, en especial los que tienen que ver con hacer algo por los demás. Como por ejemplo, anotarme como voluntaria en una fundación o tratar de compartir más tiempo con mi abuela.

Para los que a partir de este post se sienten motivados para hacer algún trabajo voluntario o realizar alguna donación, les recomiendo ingresar en el sitio Hacer Comunidad o Rutas Solidarias</strong> en dónde podrán encontrar muchas y variadas oportunidades para poder colaborar.

¿Cuáles son tus pendientes más importantes?

Este invierno … ¡Abrigo para todos!

Suena a un nuevo anuncio de la presidenta pero no lo es. Está empezando el invierno y como todos los años, el frío amenaza con golpear con toda su fuerza a las personas que viven en situaciones de precariedad habitacional, y ni hablar de los que viven en la calle.

Mientras quedan todavía sin aplicar soluciones de largo plazo para que estas personas puedan vivir dignamente, propongo que desde la ciudadanía lancemos la campaña ABRIGO PARA TODOS, apoyando las diferentes iniciativas que desde el sector social intentan “abrigar” a los más desprotegidos.

¿Cómo te podés sumar?

– Participando de las Noches de la Caridad que desarrollan diferentes parroquias en la ciudad de Buenos Aires, que consisten en recorridas nocturnas para repartir comida caliente y abrigo para las personas de la calle. Podés enterarte de cuáles son las parroquias llamando a San Nicolás de Bari al 4811-6040.

Si ves alguna persona o una familia durmiendo a la intemperie o expuesta al frío en la ciudad de Buenos Aires, AVISÁ. Llamá al 108/ 147/ 911/ o al (011) 4796-5828 de la Red Solidaria.

– Como todos los años, la Red Solidaria lanzó su campaña “Frío Cero” que tiene como objetivo que no muera ninguna persona durante el invierno a causa del frío. Ayer, los jugadores de RACING CLUB salieron a la cancha con un cartel que apoyaba la campaña que el club está llevando a cabo junto con la ONG que consiste en recibir abrigo y frazadas en el estadio de Avellaneda.

– En Rutas Solidarias podés encontrar 2300 lugares a donde llevar abrigo y frazadas.

– Por su parte, Manuel Lozano – ex coordinador de la Red Solidaria y que ahora abrió su propia Fundación SI – va a continuar con las Recorridas del Frío en Capital Federal, GBA Zona Sur, GBA Zona Norte, GBA Zona Oeste, Mar del Plata y Rosario. Los que quieran realizar donaciones o sumarse como voluntarios pueden escribir a recorridassolidarias@gmail.com

– Del 20 de mayo al 10 de junio se va a desarrollar la campaña “Invierno Solidario”, organizada por el Ejército de Salvación, Cáritas Buenos Aires y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en donde se ponen a disposición diferentes espacios para que la gente pueda donar ropa de abrigo y calzado, destinados a beneficiarios de las ONGs involucradas, comedores comunitarios, centros de primera infancia y hospitales de niños de la Ciudad.

Para conocer cuáles son las escuelas del barrio más cercanas, o más información sobre toda la campaña, ingresar a: www.buenosaires.gob.ar/inviernosolidario, o comunicarse al 4343-4130 int 115.

Acercá tu donación, tus ganas de ayudar y contame cómo fue la experiencia. Entre todos podemos hacer de este, un invierno más “cálido”

Dejar que la vida nos sorprenda

Ayer mi ex co-bloguera Belén Quellet me pasó el link de este testimonio de Carolina Moore, madre de un nene con Síndrome de Down que me movilizó por la sinceridad del relato, la crudeza, pero principalmente por su mirada positiva y por su capacidad de poder disfrutar al máximo de lo que la vida le dio: un hijo hermoso y feliz.

Pero además me dejó pensando en las profundas estructuras mentales y emocionales a las que nos sometemos en nuestro día a día, en las convenciones que dicen que tenemos que ser o actuar de una u otra manera, en las carátulas que nos limitan a ser realmente quienes somos, en cómo nos condicionan las expectativas que los demás tienen sobre nosotros y en cómo muchas veces pretendemos planificar hasta el más mínimo detalle, cuando en realidad lo único que tenemos que hacer es DEJAR QUE LA VIDA NOS SORPRENDA, ENTREGARNOS A LO DESCONOCIDO, PONERNOS EN UNA ACTITUD DE APRENDIZAJE PERMANENTE …

Porque aunque creamos que tenemos todas las variables bajo control, TODO NOS PUEDE PASAR Y TODAS NUESTRAS CONVICCIONES PUEDEN CAMBIAR. Y lo ideal sería que pudiéramos tener un corazón abierto para abrazar lo diferente, para derribar los prejuicios y para ver qué podemos aprender de esa situación.

Este es el caso de los voluntarios que deciden salir de su zona de confort y entregar su tiempo y sus conocimientos a los más vulnerables. Sin lugar a dudas, el tomar contacto con las situaciones más extremas de la pobreza a uno le modifican la vida. Pueden encontrar miles de propuestas en los sitios de Idealistas.org o de Help Argentina Help Argentina. También son interesantes los testimonios de personas que decidieron cambiar sus vidas y carreras profesionales para dedicarse a trabajar en el sector social: miren esta nota sobre Ser voluntario, una revolución interior.

Como también le cambió la vida a Agustín de la Fundación Natalí Flexer que a los 15 años le detectaron un tumor en el fémur derecho. Después de un arduo tratamiento hoy está libre de cáncer y reflexiona que “hasta en lo más oscuro se puede inventar una luz y que del más triste llanto se puede crear una sonrisa”.

Toty Flores

Toty Flores

Una de las personas que más admiro en su capacidad de reinventarse y modificar su forma de ver el mundo, es Toti Flores, líder del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza y de la Cooperativa La Juanita, que incursionó en política con la Coalición Cívica. Lo conocí un día en una reunión en el diario y me impactó su capacidad de autocrítica, su humildad pero sobretodo su enorme sabiduría. Allí nos contaba sobre cómo desde la cooperativa fueron aprendiendo a vincularse con otros actores como los empresarios y el Estado, que antes siempre estuvieron catalogados como enemigos: “No fue fácil conversar con los empresarios por nuestros prejuicios, porque de alguna manera eran los mismos que nos habían dejado sin trabajo. Y comprobamos que en todos los lugares hay de todo. En los últimos años, mi vida ha transitado por lugares impensados. Transitar los prejuicios de conocernos no fue fácil. Las asociaciones tienen éxito cuando se da lo mejor que se tiene, no lo que sobra”, dice Toti.

Asi que basta de frases como “ESTO A MI NUNCA ME VA A PASAR”, “VOS TENES QUE HACER ESTO”, “NO PODES SER FELIZ ASI”, “YO CON ESA GENTE NO HABLO”. Cambiemos el chip, abramos la mente, ablandemos el corazón, dispongámonos a conocer la esencia de las personas y DEJEMOS QUE LA VIDA NOS SOPRENDA.

Perdonar y volver a empezar

Siempre fui una persona terriblemente intransigente, lo reconozco. Y en muchos casos lo sigo siendo, por más que intente flexibilizarme. En lo que se refiere al perdón, era tal la desilusión y el dolor que sentía ante una agresión, deslealtad o traición que no me podía recuperar y tenía que tomar distancia de esa persona para no sufrir más. No es que no quisiera perdonar, simplemente no sabía cómo.

Por suerte eso no me hacía una persona rencorosa o vengativa sino que directamente tapaba, negaba, evitaba. Y así pasé años de mi vida cargando angustias sin resolver en el alma que en el fondo no me dejaban ser feliz. Porque cada vez que tomaba contacto con ese “hecho”, volvía a sentir ese sentimiento de dolor devastador con la misma intensidad que la primera vez.

Pero la vida me fue enseñando que perdonar no es anular, como si nada hubiera ocurrido; ni es olvidar, porque lo que nos lastima nos queda irremediablemente grabado en el corazón. Perdonar es decidir aprender de la experiencia, capitalizar la angustia, tener capacidad de autocrítica para ver qué hicimos o no hicimos nosotros para evitar esa situación, tener la humildad de reconocer que nosotros también nos podemos equivocar (y nos equivocamos), pero por sobre todas las cosas, confiar en la capacidad de cambio de los demás (y en la de uno mismo).

Muchas veces escucho historias de personas que no se hablan con sus padres, con sus hermanos, que perdieron mejores amigos, parejas y que todavía siguen amargados y enquistados con el tema. Por supuesto que creo que nadie se tiene que someter a una relación que no le hace bien y está en todo su derecho de terminarla, pero sí creo que es fundamental que podamos perdonar al otro y, en la medida de lo posible, juntarnos para poder decirle en la cara: “Te perdono”. Para poder cerrar el ciclo, para que el otro también pueda seguir adelante, para poder sanar, para no cargar más con ese ancla que nos tira para abajo y poder enfocar nuestras energías en sensaciones positivas. Yo lo puse en práctica y les puedo asegurar que me cambió la vida.

Armando este post busqué algunas frases de personalidades célebres (y mucho más sabias que cualquier cosa que yo pueda llegar a decir) sobre el perdón. Acá se las comparto …

“Quien no perdona a tiempo, sufre un tiempo” Doménico Cieri Estrada

“El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió” Madre Teresa De Calcuta

“El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar” Martin Luther King

“Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta” Facundo Cabral

“Virtuosa cosa es perdonar a quien se arrepiente” Séneca

“No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el universo” Louise Hay

“El perdón es la forma definitiva del amor” Reinhold Niebuhr

“El perdón es la llave a la acción y libertad” Hannah Arendt

¿Qué aprendieron de la experiencia de perdonar?¿Cuál de estas frases es la que más los identifica?¿Es más fácil perdonar o pedir perdón?

Apoyá al comercio justo

¿Alguna vez escuchaste hablar del comercio justo? En los últimos años cada vez más se habla sobre la importancia de convertirnos en consumidores responsables, pero es muy poca la información que existe al respecto.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de comercio justo? Simplemente de una filosofía abrazada por algunas empresas, pymes y emprendimientos que consiste en una relación de intercambio comercial que contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de los pequeños productores y trabajadores marginados. Esto quiere decir, por ejemplo, que las hilanderas de Salta reciben un salario digno por los tapices que hacen pero que además el precio es justo y se eliminan los intermediarios. De esta forma, se modifican las reglas y prácticas del comercio convencional, dando prioridad a las personas.

Tejedora wichi tejiendo una cartera

El Comercio Justo tiene en cuenta valores éticos y medioambientales frente a los criterios exclusivamente económicos del comercio tradicional. Uno de sus objetivos principales es que los trabajadores y productores más vulnerables obtengan un pago justo que les permita llevar una vida digna.

Por suerte, en nuestro país son varios los movimientos que comulgan con esta manera de producir y de vender, con la mirada puesta en beneficiar a los grupos vulnerables. Ellos se agrupan en el Espacio Nacional de la Economía Social y Solidaria (ENESS) y son:

Arte Esperanza
El Andamio Social
Fundación Claritas
Fundación Silataj
Nuestras Huellas
Sabe la Tierra
UNEM
UNEMA

¿Qué podés hacer para apoyarlos? Podés ingresar en la página de cada uno para ver qué productos venden y además, este próximo sábado 12 de mayo podés participar de la celebración del Día Internacional del Comercio Justo y el Consumo Responsable.

Un consumidor responsable en el mercado de Sabe la Tierra

¿Cuándo y dónde? La convocatoria es este sábado 12 a partir de las 10 y hasta las 18 horas en la Estación San Fernando del Tren de la Costa, Arias y Madero, Provincia de Buenos Aires (altura de Libertador al 1000, San Fernando)

LOS 10 PRINCIPIOS DEL COMERCIO JUSTO:
1. Salarios y condiciones de trabajo dignos
2. No hay explotación infantil
3. Igualdad entre hombres y mujeres
4. Funcionamiento democrático
5. Relación comercial a largo plazo
6. Ayuda financiera para la producción
7. Los productores/ras destinan parte de sus beneficios a las necesidades básicas de sus comunidades
8. Respeto al medio ambiente
9. Productos de calidad
10. Información al consumidor/a.

¿Conocés algún lugar de comercio justo para recomedar?

¿Te ayudo con algo?

La semana pasada estaba tomando un café con mi papá a la vuelta de mi casa, en Nuñez, y como estábamos sentados en una mesa que daba a la calle, podíamos ver a una chica que estuvo durante media hora luchando para cambiar la rueda de su auto. Una vez que hubo terminado, veo que no puede abrir ninguna de las puertas del auto, y que se tira sobre el techo resignada, sin fuerzas. Con mi papá decidimos dejar nuestra charla de lado, para ver qué le estaba pasando.

¿Te puedo ayudar con algo? Le pregunté. En efecto, la pobre chica se había dejado la cartera dentro del auto y había cerrado. Ergo, tenía las llaves del auto, las de su casa y el celular adentro del auto. El duplicado de la llave del auto estaba en su casa, asi que la única opción que tenía era o abrir su casa, o abrir el auto. Le presté el celular para ver si ubicaba a algún familiar o amigo, pero sólo se acordaba el teléfono fijo de su primo (una de las desventajas de la tecnología). Mientras tanto, nosotros fuimos con mi papá a buscar a un cerrajero que conocía del barrio y lo llevamos hasta dónde estaba ella para que le abriera la puerta de su casa.

Por suerte, a nosotros nos tomó nada más que 15 minutos resolverle una situación que ella sola, por su cuenta, no sabemos cómo hubiera podido solucionar. Sólo hizo falta estar atentos a la dificultad del otro, y después tomar la iniciativa de ayudarla.
Esto de ofrecerle una mano a un desconocido es algo que podemos hacer todos los días, en cualquier situación cotidiana. Ayudar a una persona a cargar las bolsas en el supermercado, a una madre a cargar el carrito con su hijo, a cruzar la calle a una persona ciega, a alguien que vemos que está perdido buscando una calle, a alguien que tiene un problema mecánico, a una persona que vemos llorando en el subte, en definitiva, a cualquiera que percibimos que está en una situación de vulnerabilidad …

Pero, ¿cuántas veces elegimos mirar para otro lado?¿O nos da fiaca?¿O vergüenza?¿O nos paralizamos? A mí me pasa muchas veces que reacciono tarde, que me faltan reflejos para simplemente soltar a tiempo la frase mágica “¿Te ayudo con algo?” y pierdo la oportunidad de hacer una obra de bien. La misma que a mí me gustaría que hicieran conmigo cuando me encuentro en una situación complicada.

Por eso, creo que es importante poner más en práctica este hábito, perder el miedo, estar atentos a las necesidades de los demás, porque de última, lo peor que puede pasar es que nos digan que “están bien”, que “no necesitan nada”, que “se arreglan solos”. Pero seguramente, en muchos casos, vamos a poder solucionarle algún aspecto de su vida a otro que anda necesitado. Todos podemos juntos ser parte de una CADENA DE FAVORES ANONIMA.

¿Cuándo fue la última vez que le ofreciste ayuda a un desconocido?¿Cómo fue la experiencia?

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