En una época en la que tenemos un sobreexceso de información, de opinión, de farándula, de posturas prefabricadas y casi nada nos parece real, es importante recordar que LOS ACTOS DEFINEN A LAS PERSONAS. No da igual ser una persona COHERENTE, que le da VALOR A SU PALABRA, que se COMPROMETE CON LO QUE LO MOVILIZA …, que NO MIRA PARA EL OTRO LADO.
Porque como dice el refran DEL DICHO AL HECHO, HAY MUCHO TRECHO. Y en general, todos tenemos la tendencia a decir lo políticamente correcto, lo que los demás quieren escuchar, pero fallamos a la hora de llevar esas afirmaciones a la práctica.
Por ejemplo, todos nos quejamos de la inseguridad, de la corrupción política, nos horrorizamos por los chicos que piden en la calle, nos indignamos con las empresas que no cuidan al medio ambiente … pero ¿QUE HACEMOS PARA MODIFICAR ESTAS SITUACIONES?
Según el estudio El Estado de la RSE 2011 realizado por Red Forum Empresa el 95% de los consumidores de América latina estarían dispuestos a pagar más caro por un producto que fue elaborado con prácticas social y medioambientalmente responsables. Hasta acá lo políticamente correcto. Pero a la pregunta de si creen que los consumidores de sus países adquieren productos elaborados de esta manera, el 66% respondió negativamente y sólo el 34% contestó que sí. Esto quiere decir que a la hora de comprar, todavía los consumidores seguimos eligiendo por el precio y sin reparar en cómo fueron elaborados los productos.
De la misma manera, si bien todos estamos de acuerdo en que hay que hacer algo por los demás, sólo el 21% de los argentinos son voluntarios, según el último relevamiento de Gallup en diciembre de 2011. ¿QUE NOS FALTA ENTONCES PARA DAR EL PASO, PARA IR MAS ALLA DEL DISCURSO? Fuerza de voluntad, arrojo, reorganizar nuestras prioridades, tiempo … Quizás un poco de todo.
¿Se acuerdan de esta famosa imagen que recorrió el mundo? El fotógrafo sudafricano Kevin Carter ganó el Pullitzer por retratar a este buitre acechando a una niña moribunda en África. Lo trágico de la cuestión es que después de 20 minutos contemplando este calvario para poder hacer la mejor toma posible, Carter se fue del lugar sin hacer nada para ayudar a la niña. Esa terrible omisión, y la constante pregunta de ¿QUE HICISTE PARA AYUDARLA? que lo persiguió como una maldición una vez que alcanzó la fama con el premio, lo empujaron al suicidio.
Para terminar, un video de concientización de La Usina sobre la accesibilidad de las personas con discapacidad. Pero lo más interesante, es la reacción de las personas que se indignan pero no hacen.
Pero no todo está perdido porque afortunadamente SOMOS LO QUE HACEMOS Y NUNCA ES TARDE PARA CAMBIAR: vos podés acercarte a una ONG, hogar o la parroquia de tu barrio para ayudar (podés consultar en Hacer Comunidad o Rutas Solidarias), podés fijarte en las etiquetas de los productos en el super antes de comprarlos para ver si fueron responsablemente elaborados, podés realizar una denuncia si ves que un lugar no es accesible para personas con discapacidad, podés hacer lo necesario para comprometerte con aquello que apoyás.
¿Por qué creés que nos cuesta tanto pasar del dicho al hecho?