Algunos hombres lo encuentran enseguida, a otros les toma años localizar el centro de gravedad universal, o el Punto G femenino, el epicentro de todas las cosas, la verdá de la milanesa. Quizás no sea la meta más importante de todas, pero los que aún no lo encontraron sigan viajando, que a todas partes se llega (eso sí, mejor que sea en esta vida). Y por si les sirve de consuelo, hay mujeres que tampoco sabén donde queda, ni qué es, y lo peor… ¡siguen sumidas en la ignorancia!