Vía libre para el “touch and go”

 

Los cráneos que proyectaron la reforma de nuestro empolvado Código Civil sin querer, creo yo, le han dado cierta entidad legal al “touch and go”, el más frecuente y normal de los vínculos contemporáneos. El toco y me voy es la forma más corriente de relacionarse que tienen los solos, las solas y los comprometidos también; pero ahora la práctica del sexo casual estará relativamente amparada por el paragüas de la infidelidad y de las promesas incumplidas, que ya no correrán ante el juez como razón de divorcio. Y ya no nos deberemos respeto, sino morfi y abrigo. Es decir: podemos ponernos los cuernos sin culpa, y después del encuentro furtivo repetir cien veces la frase más inoxidable de todas: “te llamo”… total, ahora sí, si te he visto, no me acuerdo.

prometéme lo que quieras, querida....theyearwas91 via lavitaebela

Nos guste o no, el mundo es como lo pintó Discépolo: siempre hubo infieles, gente que se casó con la persona equivocada y al día siguiente desapareció sin dejar rastro; gente que se casó para hacerse de bienes ajenos, matrimonios largos que han vivido faltándose el respeto y hubo quienes armaron familias paralelas. Pero también hubo personas que adoptaron como hijos propios a sobrinos y ahijados maltratados por sus padres biológicos, gente que deseaba hijos y no pudo; otros que han sostenido en la clandestinidad su relación homosexual, e incluso hay quienes han devuelto los regalos aún cuando quedaron pagando a apunto de cortar la torta del casamiento.

Hace unos días, andando por la calle no pude evitar el tremendo cartel publicitario de la revista en cuya tapa posa nuestra celebrada Flor de V con sus dos críos preciosos y gorditos, y pienso que finalmente esta familia que se viene en la Argentina, si prospera el proyecto, no será un mérito de la presidenta ni de los legisladores que han sabido “interpretar el siglo XXI” sino de aquellas personas que se atrevieron a vivir la vida más allá de las convenciones y los principios, desafiándolos hasta el espanto, pero intentado ser, de todas maneras, ellos mismos. Para bien, o para mal. Así que a no asustarse: somos hijos del tiempo que nos toca vivir.

mis dueños me tienen harta.misswallflower

PD: Otra situación que me preocupa es la de mi gata, cuya tenencia comparto con mi ex. Yo la encontré en la calle y yo decidí que se quedaba en casa, pero resulta que la tutela la tiene mi ex, y la tipa vive con él solo porque le da atún del bueno… ¿de quién deberían ser las mascotas?