Cuando ni una noticia “publicable” asoma en el universo del sexo, aparece el orgasmo y nos cambia la suerte. Nunca falla. Es un clásico inoxidable, diría yo, el caballito de batalla, tema por excelencia de todos los temas de sexo y sexualidad universales. Bendito seas, orgasmo.
En la revista Journal of Sexual Medicine se divulgó días atrás un estudio hecho en Australia con el fin de saber si el orgasmo es algo genéticamente determinado o si depende de muchos factores combinados, además de indagar (el estudio) en las causas de la “anorgasmia”, ese indeseable trastorno que sufre en silencio más de la mitad de las féminas de este mundo. Para comprobar la primera hipótesis tomaron casos de mujeres gemelas.
me pareció ver un lindo patito…Tust Rubber Duckie via bigfun
Las conclusiones son con-tun-den-tes: “la mejor manera de asegurarse un orgasmo es masturbándose” y no teniendo relaciones con penetración, y parece que aquellas que no tienen problemas para alcanzar el suyo son más proclives a “vivir en pareja, tener relaciones estables y duraderas, y son menos promiscuas que las que padecen anorgasmia”, dice testual el informe final, que también avala la teoría de que a más amantes, más y mejores…
orgasmos. Esto último se estudio tomando casos de mujeres solteras (bueno, eso es relativo). Parece que las que han tenido más de cinco parejas en su vida son las menos anorgásmicas: “si hablamos del orgasmo conseguido mediante masturbación es mucho más frecuente en mujeres con menos de cinco parejas”. Y entre otros detallitos agrega que “las que tienen fuerte apetito sexual suelen tener más orgasmos a través de la u otro tipo de sexo, que mediante penetración.” Finalmente los científicos no llegaron a probar lo de la predeterminación genética, así es que por el momento la cosa es como suponíamos: “el orgasmo es una mezcla de experiencias, y algo posible de mejorar”.
Claro que sí…