Yo tenía pánico de subir a un avión y volar, presurizada, adentro de eso que alguna vez García Márquez calificó como un “sepulcro con alas”. Le perdí el miedo cuando, después de cruzar el océano aterrada y dormitando de ratos, con hilito baba chorreando hasta el hombro, y el cuello duro gracias al Rivotril que me había dado mi amiga Paula y que me dejó alelada, bajé en París. Ahí entendí que aunque no es natural del ser humano andar por el aire, bien vale la absurda ilusión si luego vas a bajar en tremendo paraíso.
Ahora subo entregada, como cuando entrás al quirófano. El médico y el piloto son las únicas personas en las que uno deposita su vida, quiera o no. A lo que voy en rigor es a que se ha probado hace poco que el sexo cura el miedo a volar, y lo asegura Tom Bunn, un terapeuta que además fue piloto en aerolíneas comerciales y en la fuerza aérea de Estados Unidos. Luego de la experiencia empírica (valga el oxímoron, y eso de que probó el remedio es cosecha mía) registró entre sus pacientes varios casos en los que, después de una noche de sexo intenso, al dia siguente olvidaron la ansiedad del viaje.
embarcando....via sunshinecafe
Bunn declaró en un artículo del Daily Mail, que un estudio reciente acerca del estrés crónico y post traumático podría apoyar la teoría de que las relaciones sexuales ayudan a bajar el síntoma antes de subir al avión, y destaca el caso de un paciente suyó que luchó por controlar el temor durante siete años, hasta que en un viaje de negocios antes de salir para el aeropuerto tuvo una noche completa de sexo, sin dormir. En esa ocasión voló sin ningún problema. Y como no, debe haber quedado planchado! Según algunos descubrimientos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, una turbulencia intensa de ésas en las que uno empieza mentalmente a despedirse de todos, basta para que uno desarrolle más miedo a volar.
El sexo, que todo lo cura, eleva los niveles de oxitocina, una hormona que actúa como neurotransmisor y que bombea la amigdala, una parte pequeña del cerebro que gobierna el miedo. Uno debería entonces programar mejor la previa de cada viaje, después de armar la valija y asegurarse los documentos y la reserva del vuelo, procurarse una cita bien ajetreada, el ansiolítico más natural de todos….ahora que lo pienso, ¿hará el mismo efecto tener sexo pero arriba del avión?