Hay parejas que terminan muy pero muy mal. Otras lo hacen civilizadamente. Unas, al contrario, no pueden despegarse del todo y transforman la relación: los ex ahora se vuelven hermanos, confidentes, socios, van al cine… son amantes potenciales. Mantienen algo que la psicología define como una “amistad amorosa.”
Salvo que uno sea un molusco sin sentimientos ni memoria, a cierta altura de la soireé todos hemos pasamos por alguna experiencia intensa que (sea solo sexo, o sexo y amor, da lo mismo pues lo que cuenta es su peso en el recuerdo) calificamos como la más importante en nuestro haber. Pero, bien, ¿porqué a veces no dejamos que ese ex parta definitivamente de nuestra vida?, ¿hasta qué punto las relaciones que establecemos después no son un simple “mientras tanto”?
oh ¡ella sigue aquí! …via bigfun