No veo la hora de que mi amiga M fabrique el sofá erótico que prometió incluir dentro de su colección de muebles para el hogar. Se trata de un asiento ergonómico pensado para cuando las ganas te sorprendan en el living de casa, o donde hayas colocado el bendito mueble, que en este caso es más bien una chaise longe mullida, tapizada con género suave que impide deslizamientos, y de formas estudiadas para favorecer las posiciones más rendidoras del repertorio. La deco es importante dentro de la escena amatoria. Hay que estar bien cómodos y evitar accidentes domésticos. Ninguno de los invitados se daría cuenta jamás que en ese objeto para el reposo se pueden hacer infinidad de piruetas chanchas. Ya ven, tengo amigas muy creativas.
Cuestión es que recordé lo del asiento hojeando el otro de los dos libros que me envió mi friend Merimún, una guía completita con consejos, datos y todo lo que no sabíamos (y no nos animamos a preguntar) sobre el sexo oral, léase el cunnilingus (del latín cuniculos o conducto y lingere o lamer) y la fellatio (del latín fellare, succionar). Nótese que la traducción de ambos términos ya nos describe en qué consiste cada cosa.
un gps por favor blanche noire
Devórame, de Tina Robbins, es un libro para devorar en una tarde. Tiene, como todos estos ejemplares temáticos, contenidos didácticos y apreciaciones personales de la autora, una cronista como yo que escribe desde hace años y por eso está al día con el tema. Todo, para decir que la estimulación oral es una de las prácticas más reclamadas en las relaciones humanas y también de las más pudorosas, razón por la que el libro termina siendo un documento ideal para aquellos(as) que no son muy amigos(as) de ejecutarla, y para quienes quieren consagrarse con la técnica.
Ya hacia el 700 ac en China se creía que el sexo oral era terapéutico. Al hombre porque le proporcionaba “esencia yin”, es decir salud, vitalidad y longevidad, dice mi enciclopedia. “Beber de la fuente de jade” es una expresión que significa obtener la “esencia yin” de una mujer durante el acto sexual, algo que también figura en los textos taoístas. También hay abundante material acerca de los beneficios para las mujeres, y entre los párrafos encuentro una curiosidad: una de las felatrices famosas de la historia fue Cleopatra. Entre los griegos era conocida con el apodo de “la de la boca grande” y otro medio subido de tono. Cleopatra era muy bella, quizá le haya funcionado como terapia de rejuvenecimiento. Según la autora del libro, Tina Robbins, el sexo oral no cuenta como juego previo sino que es sexo, y como tal requiere dedicación, eso significa entre otras cosas que además de voluntad e inspiración conviene saber algo de la anatomía genital, algo que el libro repasa muy a vuelo de pájaro. No falta info jugosa sobre técnicas, posturas, errores a evitar, puntos erógenos, clases de besos, trucos, etc etc, y dibujitos a modo de ejemplo. Lo que omite mencionar son los riesgos, pero no quiero aguar fiestas pues seguro que ya todos saben que no existe peligro cuando hay información, y protección.
A practicar, que se acaba el mundo!