Tomar un café, tener tiempo libre, hacer una escapada a la plaza o dar un paseo por el centro de la ciudad, dormir una siesta reparadora, comer chocolate, tener a mano el celular, estar en las redes sociales, leer y mirar la tele….
Cualquiera de estos sencillos placeres cotidianos a veces resultan más productivos que un encuentro sexual, según una encuesta realizada por una compañía de té y publicada por la revista Glamour, en su versión americana. Antes que (mal) gastar energías, el 76% de las 500 mujeres consultadas para la investigación coincidió en que prefiere dedicarse a si misma ese tiempo libre, aunque yo sostengo que el sexo es una forma más de invertir en una misma. No quiero pensar (como en aquel capítulo de Sex and the City en el que el personaje de Charlotte descubre los beneficios de un vibrador y ya no sale de su casa, hasta que la rescatan las amigas), que la falta de onda o interés tiene que ver con la variedad de juguetitos cada vez más ingeniosos que ofrece el mercado para el placer individual de hombres y mujeres.
Personalmente lamento que la Morenización de la economía nos haya privado el acceso a objetos de calidad. Ya sé que hay cosas más importantes que reclamar, pero acá se trata de salud. Al menos no creo que sea fácil conseguir, por ejemplo, el Iroha, de Tenga, poderosa tecnología japonesa al servicio del erotismo y el placer solitario, en compañía, en conjunto y como quieras. Miren este simpàtico huevito: hasta la campaña es delicada. Claro, ni el chocolate ni las redes sociales pueden darnos más satisfacción que un encuentro real….