Creo que les conté que cuando incursioné en el tango un señor me sacó a bailar y estando de lo más abrazados, en plena tanda, sonó el celular que tenía escondido en el bolsillo del pantalón….(imaginen la “confusión”). El tipo atendió diciendo que era médico…. y que estaba de guardia.
Así es. Los celulares han transformado incluso a las personas más inteligentes en seres desconsiderados: muchos de mis amigos la pasan wasapeando hasta cuando tomamos un café luego de largo tiempo sin vernos. También noto en los bares a muchas parejas que en vez de charlar o besarse están pendientes de aparato, como si el celu fuera un ser vivo, el tercero de trío. Y sé que muchos individuos son capaces de atender el celular incluso durante el acto sexual, algo que considero motivo suficiente para huir sin dejar huella. Por eso me caen bien los tántricos, que se toman tooooooodo el tiempo (quizá demasiado).
Que bajón pasar por algo así. Eso y decir “no me interesás”, es lo mismo. Sin embargo, el 9% de los habitantes de los Estados Unidos confesó que usaba su Smartphone en pleno acto sexual, según indicó el 2013 Mobile Consumer Habits, un estudio sobre los hábitos de los consumidores de telefonía celular. Según la investigación hacen llamadas y mandan mensajitos mientras están en sesión con alguien, pero el 12% de esos encuestados confesó que el celular interfiere en sus relaciones. Y sí: con una sola mano el trabajo siempre estará “incompleto”.
dame un segundito, mando msm y seguimos… Foto gza Placida Cid via Sofried
Por otro lado, los celulares han hecho su aporte a la sexualidad porque el sexting (entre adultos) es una forma saludable de estimularse a la distancia y así llegar bien puestos al encuentro. El mismo informe destacó que el 19% de la gente lo utiliza en la iglesia, el 12% mientras se ducha y el 35% en el cine o el teatro. El 55% confesó que contesta msm mientras maneja…
Así estamos, accidentados y mal “queridos”