Nunca está todo dicho. Si hasta ahora la ciencia aseguraba que el orgasmo se alcanzaba por un par de caminos inequívocos, error: hay gente que jura conocer rutas alternativas. Así que si no es de una forma, será de otra. En este caso, la “novedad” es la posibilidad de tener un orgasmo cervical, que por supuesto nada tiene que ver con masajearse las cervicales.
Leo en el muro de una confiable sexóloga de consulta y encuentro que se trata concretamente del placer provocado mediante el estímulo del cuello uterino, allá lejos, en los confines de la anatomía genital femenina. Un fenómeno a simple vista insondable, y como tal, hay que tomarlo con pinzas ya que cada cuerpo es un universo y lo que a unos se les dá, a otros no. En principio, una de sus promotoras es la coach sexual Kim Anami, que ya anunciaba en las páginas de la revista Playboy haberlo descubierto gracias a las lecturas taoístas y a su propia experiencia. Ahora que recuerdo le presté mi librito del Tao a un amante cumplidor que no me lo devolvió jamás, de modo que me resta conseguir otro ejemplar (del libro) o creerle a Anami. Ella describe a este tipo de orgasmo como “es el más profundo y trascendente de todos ellos, el pico definitivo del placer ya que es capaz de conciliar el lado más físico del orgasmo clitoridiano y el emocional del punto G” dice en su site. Ajá.
un gps, plis... myla dalbesio
Aunque algunos sexólogos la han puesto en duda, la mujer defiende y hace apología en este video didáctico que comparto, lástima que en español no está disponible aún. En el encontrarán respuestas, indicaciones y sugerencias para aventurarse paso a paso. Igual, creo que este tipo de hallazgos no hacen más que sumar presión.
Pero, será cuestión…