Madonna sigue jugando a la chica perversa

Madonna me aburre. Repasando su fulgurante carrera mediática sin dudas me quedo con aquella chica gordita y despeinada de Like a Virgin, o Isla Bonita, en lugar de esta incombustible señora de mediana edad que con tal de no perder su reinado, cada tanto muta en una caricatura de sí misma. Yo al menos nunca le creí ese personaje de mujercita pervertida que se inventó a comienzos de los 90 y que mostró por primera vez en aquel libro de imágenes tomadas por Steven Meisel, Sex, publicado a propósito del lanzamiento del album Erótica

una de las fotos no publicadas del libro Sex, editado en 1992

y de la película  A la cama con Madonna. Entonces lucía como una mujer real, menos mística y sin tanto fotoshop encima, aunque sus dotes de actriz y modelo no alcanzaron para disimular que estaba ahí por el escándalo y no por el goce. Lo de máquina sexual sigue resultándome una pose comercial, más desde que su ex marido contó la verdá de la milanesa: a la reina debía pedirle turno para que cumpliera con sus “deberes” maritales. Ahora a los 50, además de perseguir mocosos de 18 (bueno, no la culpo), vuelve a promocionar un disco (MDNA) acompañado por un video explícito…

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