Me acuerdo que hace unos años algo leí por ahí sobre un movimiento surgido en los años 90 en California formado por un grupo de hombres que se proponían torcer el sino de la caverna y redefinir la masculinad, propiciando el nacimiento de un varón capaz de llorar y mostrarse flojo ante al mundo, como cualquier ser humano. Bueno, lamento informales a esos señores que derramaron lágrimas e hicieron pucheros que esa onda no gusta a las mujeres.
Aunque muchas lo nieguen a pocas le atre este modelo de varón, al menos, no es el rasgo que más aprecien en la primera cita. Al contrario, (y como siempre) la mayoría hará foco en el tipo esquivo e inalcanzable. Ese Adonis misterioso estilo Don Drapper, que sonríe en cuotas y no pasa bola, será el que por instinto todas querrán ganarse, mientras el muchacho con cara de Lassie pasará olímpicamente inadvertido, afirma la ciencia. Pero como en las películas de Hollywood, siempre triunfa el amor…
Un estudio reciente publicado en Personality and Social Psychology Bulletin y reproducido en la revista Neesweek sostiene que mientras ellos se sienten atraídos por las “buenas chicas” las mujeres no se interesan por los “buenos chicos”. Un equipo de psicoanalistas encuestó a un grupo de 120 jóvenes de ambos sexos que fueron emparejados aleatoriamente en una cita a ciegas, para preguntarles luego qué interés sexual les había despertado la persona en ese primer encuentro y qué posibilidad existía de que se pudiera extender a una relación estable. “Una característica que las parejas buscan según sus valores y también los apoyos que quieren. También la propia imagen que cada uno tiene de sí mismo y lo dispuesto que está cada uno a cambiar en las relaciones” explicaron los autores del trabajo, cuyo objetivo era conocer qué buscan hombres y mujeres en sus posibles parejas.
yo con mi bikini nueva y vos… ni bola! Foto Gza Rolling Stone/ Mark Seliger
La “sensibilidad” es la clave para mantener una relación a largo plazo, tanto de amistad como de amor, dice Gurit Birnbaum, a cargo del estudio. Sin embargo, ese atributo no es necesariamente importante para las mujeres, más bien todo lo contrario. Uno de los puntos de la investigación era saber si los sujetos encontraban deseables a las parejas que les presentaban, teniendo como parámetro clave esos rasgos que denotan “sensibilidad”.
Así se dieron con que las mujeres que los hombres encontraban atractivas eran percibidas como tales porque eso les hacía parecer, a sus ojos, más “femeninas y atractivas”. Ellas, en cambio, no le encontraban ninguna gracia al “sensible”.
Felizmente sabemos que la segunda oportunidad es lo que cuenta, que la primera impresión es solo eso, una impresión. No??