Dar placer con los pies

¿A quién no le gusta que le besen los pies, literal, metafórica y seriamente hablando? Conozco cierta gente que se excita con solo contemplar un bonito par de zapatos con taco, pero acabo de enterarme por mi amigo Tulio que vive en Nueva York que la cosa ha ido más lejos, que allá existen hace años las “prostitutas de pies”, chicas que se ocupan de darle felicidad a los fetichistas. El trabajo me suena ideal, calza justo en estos tiempos en los que uno debe reinventarse y “conectarse” con sus vocaciones perdidas. Encima el laburo parece fácil, no involucra los genitales, y apenas si se requiere de cierta flexibilidad, además de tener los pieces bien pulcros, con las uñas finamente pintadas, ni un solo juanete.

…por lo menos esperá que me saque las medias! via nevver

El Daily Mail publicó meses atrás el caso de una estudiante neoyorquina que gana 800 dólares semanales solo por usar sus extremidades para satisfacer a los clientes, que además pueden chuparle y besarle cuanto deseen. Esto me recuerda, salvando grandísimas distancias, a La casa de las Bellas Durmientes, de Kawabata, un relato erótico y muy poético que en cierta forma reivindica el placer de no consumar jamás, algo que ahora llaman petting. En la historia los señores se ratoneaban mirando a las chicas dormir.

Volviendo al tema, yo no lo he visto, pero parece que ya salió a la venta un juguete ideal para podólatras, algo así como un pie de silicona con vagina interior, el Sifeet Pussy FootPordió, como será el chiche de bizarro!! Quizá más bizarra sea la escena ésa en la que Salma Hayek mete el pie en la boca de Tarantino en Del Crepúsculo al Amanecer. Se acuerdan?, ahí va va…

 

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