Me divorcié hace ya años pero días atrás, caminando a los piques por Florida, me crucé con una antigua amiga con quien solía compartir salidas en pareja. Dije “antigua” porque fue ella la triste demostración de que cuando tus amigas están casadas y una se divorcia, el vínculo cambia. De repente dejan de invitarte a tomar mate o a los cumpleaños de los chicos, y si pasábamos fines de semana en la quinta o alguna fiesta de fin de año, ahora llaman para avisar que estarán en “familia”. Entonces te citan en bares, plazas, después de la clase de pilates…
Y sí: sos una amenaza, en todo sentido. Más si por la depre adelgazaste y el chupín te queda divino, o si al cambiar de peinado parecés más joven. Lo peor es que pueden verse reflejadas en tu fracaso, porque el divorcio tiene efectos contagiosos según la psicóloga Rose Mc Dermott, de la Universidad de Brown, Rhode Island, quien demostró que la ruptura de una pareja cercana aumenta un 75% las posibilidades de que la propia también acabe (entren al link). “Si el matrimonio de tus mejores amigos fracasa, ten cuidado, el tuyo también puede estar llegando a su fin” dice, y agrega que sucede porque uno empieza a replantear su propia relación.
ahora sí voy por tu ex marido, “amiga” magnolia fox via thisissnthapiness
Cuestión es que re contenta me puso saber que a esta ex amiga el marido la dejó cinco años después porque no la aguantaba más, y tanto tardó el pobre hombre siendo evidente que eso no iba ni pa’ trás ni pa’ delante. Tenían todos los síntomas que describió el famoso psicólogo John Gottman, capaz de predecir con un acierto del 90% qué parejas durarán y cuáles no con solo verlas interactuar unos minutos. Hay indicadores clave, indispensable tenerlos en cuenta:
– cuando las discusiones comienzan con un sarcasmo