Si es cierto que hoy 1 de cada 3 parejas sale de Internet, la gran pregunta sería ¿corren las leyes del enamoramiento real en el mundo online? Teniendo en cuenta que, según los etólogos, el flechazo es manipulado por un cóctel de hormonas que se activan cuando dos personas se cruzan en vivo y en directo, ¿cómo es que un extraño logra dispararlas mediante Whatsapp, guiños, correos electrónicos y la “mejor” foto que le tomaron en toda su vida?
Al decir de miles de personas que concurren a diario a los “bares” virtuales (funcionan como tales, aunque vamos en pijamas y pantuflas) los síntomas son idénticos a los que experimentamos en una fiesta o una reunión o en el trabajo cuando alguien nos gusta. La diferencia es que mientras dura esa suerte de ceguera temporal hacemos otra clase de estupideces, estupideces Siglo XXI. “Hay cierto paralelismo entre el comportamiento de quien se enamora on y offline”, asegura Mónica Rubio, Brand Manager de un famoso portal de citas consultado en una muy buena nota del El País, de España. “Al final, somos las mismas personas, lo único que cambia es el contexto. Cerca de la mitad los usuarios de nuestra compañía inician un contacto durante los primeros 7 días y un 30% mantiene dicho contacto en el tiempo. Dentro de la plataforma se envían más de 10.000 mensajes al día”.
Es decir que además la cosa surge a otro ritmo, el tiempo que le toma a dos internautas empezar a intercambiar los recursos de seducción que ofrecen las plataformas, léase guiños, “me gusta”, mails, etc. Si llegamos a sintonizar con el otro usuario, compulsivamente empezaremos a chequear cien veces el correo, controlar si está o no conectado, escudriñaremos sus fotos, revisaremos la doble tilde en Wassap, lo gogleeamos y hasta proyectaremos una relación. Y sí. Ese sujeto con el que hemos chateado hasta la madrugada consiguió desnudarnos, y lograr una extraña intimidad. Esos, podría decirse, son los síntomas del enamoramiento online. “Cuando otro usuario recibe una visita a su perfil, se lo notificamos por email. Estos emails despiertan mucha curiosidad y tienen una alta tasa de apertura. Si buscamos en Facebook o Linkedin a personas con las que vamos a trabajar, ¿cómo no mirar una y otra vez las fotos de alguien con quien vamos a tener una cita?” dice la fuente consultada.
ay, por qué no me contestassssss…eh? florian beaudenon
“Los mensajes en este tipo de entornos son muy directos y la gente tarda muy poco en hablar de cosas íntimas, mucho menos que tomando una copa en un bar” agrega la licenciada. “El perfil de cada usuario contiene mucha información. No sólo lo que cada cual dice de sí mismo, también cómo lo dice. Las relaciones comienzan con un “me gusta” a una foto, un comentario. Después se inicia el intercambio de mensajes y la complicidad puede llegar bastante rápido. Sin el inevitable “miedo escénico” de los encuentros presenciales”. Claro, pero eso alimenta una de las grandes deudas de esta preciosa herramienta: aún hoy se cree que el 82% de los usuarios miente sobre su peso, altura y edad en la información de sus perfiles. Fundamentalmente la edad, y eso ocurre entre hombres y mujeres por igual.
En fin, algunos datos extras sobre la materia:
-Una mujer de 25 años tiene 2 veces más seguidores que un hombre de su misma edad, y los hombres de 46 en adelante tienen dos veces más seguidores que las mujeres de esa misma edad
– El 40% de los hombres prefieren mujeres con buen trabajo y una carrera; un 22% busca mujeres “sensuales”
-Las parejas que salen del online esperan en promedio 19 meses antes de casarse, mientras que las que se conocen offline tardan alrededor de 39 meses
-Del total de parejas que se casan todos los años, el 18% se conoció en un portal de citas
-Los portales más conocidos son pagos. En 2006 el “sector” facturaba 650 millones de dólares, en 2013 subió a 1.8 billones