Matchmaking, o el regreso de las agencias matrimoniales

aba días atrás en lo que me gustaría hacer en el futuro, si entregarme a la repostería o a dirigir un spa para mascotas, entre otras pasiones, pero enseguida vuelvo a mi eje y acepto que el gran negocio del siglo XXI será la soledad. No porque sí la tecnología ha duplicado esfuerzos para perfeccionar el arte de conectar personas.

A diferencia de varias amigas optimistas que siguen regalándo likes a cualquier “heterosexual que respire”, yo presiento que las apps de citas han empezado un franco camino de descenso, como Roma minutos antes de que Nerón encendiera el fósforo. Ese callejón donde buscan salida señores en chupín, mujeres con la boca fruncida, afortunados en yate y damas con cuerpos hábilmente photoshopeados no puede seguir siendo la opción de quienes esperan algo más que afecto horizontal. Será entonces que, desencantados, los singles vuelvan a ponerle fichas a aquellas agencias que a principios de los años noventa se lanzaron a unir artesanalmente a rotos con descosidos, con el olfato y una foto en papel como única garantía de resultados. Tuvimos fiestas de solos y solas, tertulias en el living de alguna madama de barrio que invitaba amigos, servía vino y cobraba la entrada, cafés filosóficos, salidas a ciegas y el vertiginoso speed datings a comienzos del milenio. Los portales, y luego las apps de citas nos simplificaron el asunto, pero algo se fue de las manos. O al menos, la población de solos crece. 

Hastiados del sexo ocasional con desconocidos salidos de un algoritmo, y con quienes no hay más afinidad que algunos contactos del Facebook, cansados de bucear en el acuario de selfies, de a poco empiezan resurgir las celestinas de carne y hueso, ahora devenidas en “matchmakers”, tal como se conoce en el siglo XXI al viejo oficio de la casamentera. En Buenos Aires, sin ir más lejos, acaba de desembarcar el capítulo local de Amor Ideal Gayles una empresa de origen español, y con base en México dedicada a formar parejas.

Conectadísimos 

El flamante emprendimiento funcionará como un “Club de singles” donde solteros, separados y demás podrán conocerse en actividades sociales variopintas como talleres, clases de baile, cenas, cruceros, catas, salidas y citas rápidas, además de presentaciones y búsquedas especificas en el caso de querer formalizar, explica María Hersilia Fernández, directora de Amor Ideal Buenos Aires. “Estamos creando la base de datos registrando gratis a los interesados, personas solteras y separadas, hombres y mujeres de 30 a 60 en promedio. En España funcionan once agencias, una en México y más adelante abrirá otra en Uruguay. Los servicios de Amor Ideal son el Matchmaking para encontrar pareja estable, Club de singles para quienes quieren volver a relacionarse más servicios de Love Coaching para aquellos que buscan alcanzar determinados objetivos. Actualmente se está organizando un crucero con casi todas las propuestas de la agencia a bordo” agrega.

Lo interesante es que si se quiere explorar otros mercados sentimentals, se puede encargar una búsqueda internacional. “En principio el registro es abierto. Luego si se evalúa un perfil para presentar, o si nos contrataron para el servicio de Matchmaking, hacemos una reunión para conocer las caracteristicas, estilo de vida, perfil psicológico, etc. Si estás registrado gratis y alguien que contrató el servicio encaja con tu perfil, no pagás nada, y se organiza el primer encuentro” promete Hersillia.

En fin, nada se pierde con volver a probar qué puede deparar la real realidad.

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