Toda mujer necesita una “manada” romántica

Todas las mujeres necesitamos una “corte” romántica, o algo semejante a un séquito reducido de amigos apetecibles, potenciales amantes que cumplan distintos roles en nuestra vida: uno para el sexo, otro para el sexo fuerte, otro para ir al cine, otro para charlar, otro que te abrace, otro que cambie el cuerito de la canilla, otro para ir de compras, otro para ir a bailar.

Así, diversificando, o mejor dicho, “poniendo los huevos en distintas canastas”, es como las solteras de este siglo deberíamos resolver nuestros vínculos sentimentales, sostiene Jessica Massa, autora de The Gaggle: How to Find Love in the Post-Dating World, en español, La Manada: cómo encontrar el amor en el mundo post data, un libro que sigue teniendo su éxito entre las lectoras de EEUU (y que yo acabo de descubrir).

…y también quiero un buen bartender…Foto Gza Mona Kuhn

Mi amiga Soraya diría que eso se llama promiscuidad, pero a estas alturas yo prefiero creer que es honestidad, o en todo caso, espíritu de supervivencia. Las citas tal como las conocíamos ya no suceden en este mundo real: parece que es inútil esperar que te compren rosas o que haya velas en la cena… Es inútil esperar.

Pero que el “príncipe” haya desteñido en el camino (o que no llegue nunca) no significa que debamos terminar como Tom Hanks prendidas a una pelota de voley y flotando a la deriva en el océano de una página de citas, o en la barra de un bar. Nada más patético, sostiene la autora del libro. Al contrario. En este siglo el camino más rápido para encontrar la horma del zapato es, entre otros recursos, contar con una “manada” de amigos heterosexuales de cierta confianza, que pueden ser ex novios, compañeros de trabajo, el vecino, el paseador del can, el profesor de yoga, etc etc etc (no hay que descartar a nadie) y con los que poder tener alguna clase de intimidad. Un poco por aquí, otro poco por allá…

A mi entender la autora de la teoría no ha descubierto nada nuevo, así es como viven o sobreviven sentimentalmente muchas mujeres, y hace mucho ya. En todo caso lo de la “manada” podría ser aplicable, como en otras circunstancias, siempre que haya ética (no prometer nada a nadie) y sexo seguro. 

 

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