Lo esperamos con ansias, y que ninguna diga lo contrario: el “viagra” femenino podría ayudarnos a vencer la apatía causada por algunos desórdenes hormonales (y emocionales). La industria farmacéutica estaría lista para lanzar al mercado en 2016 una pastillita capaz de devolvernos el apetito y acabar así con el deseo sexual hipoactivo (DSH) un problema que sufre el 80% de las mujeres.
En rigor el efecto buscado no es el mismo que el del Sildenafil, que no estimula a los hombres sino que les permite la erección, pero cuestión es que el nuevo fármaco se llamará Lybrido y, si se cumplen los pronósticos, será una verdadera revolución, tal como lo fue en su momento el anticonceptivo: las mujeres podremos controlar nuestro deseo, es decir, ver con buenos ojos aquello que no nos conforma, resucitar el interés erótico en un matrimonio de años y, sobre todo regular el estrés para que no se cuele en la cama, entre tantas “aplicaciones” más.
ay, tenía todo planeado y se me cayó la pastilita! via intantion via lavitaebella
El genio detrás del hallazgo es el holandés Adriaan Tuiten, que decidió buscar la fórmula cuando su novia por diez años lo abandonó. El hombre sabía que para revertir el problema de fondo la pastilla debía actuar a nivel cerebral, no solo físico, porque hasta ahora la ciencia ha intentado paliar la cosa con inventos superficiales, como los parches y los geles de hormonas que llevan la sangre a los genitales, pero no las ganas a la cabeza. Aunque existen muchas causas orgánicas capaces de provocar apatía por el sexo, es sabido que la angustia y estrés son letales para la libido. También puede serlo una relación mala, aburrida o demasiado larga. “Lo que ocurre también en la mujer es que, con la edad, va perdiendo parte de ese romanticismo y volviéndose, digamos, más práctica, por lo que es muy probable que el deseo en una mujer sin problemas de este tipo aumente con los años. Ellas viven su apogeo sexual alrededor de los 45 años” sostuvo el sexólogo español Santiago Frago consultado por el tema.
Hasta aquí todo fantástico, pero todavía no se conocen los efectos adversos ni cuánta voracidad podrá infundirnos la pastilla y, si es que lo logra, me pregunto como reaccionarán los hombres ante la posibilidad de perder también el control del sexo…