La literatura erótica nunca me erotizó lo suficiente hasta que descubrà a la voluptuosa Anais Ninn y comprendà lo difÃcil que es poner en palabras una escena de sexo sin caer en las metáforas comunes. Por eso mismo me decepcionó el Murakami de Al sur de la Frontera y al Oeste del Sol. VenÃa entusiasmada con la novela hasta que, casi al final, los amantes consuman en una escena tan, pero tan, guarramente contada que bastaron las dos primeras lÃneas del párrafo para tumbar al Ãdolo japonés (al que recuperé en El Pájaro que da cuerda al Mundo). Años más tarde compruebo que no estaba equivocada: por un segundo Murakami perdió el Bad Sex Award 2011,  premio que todos años entrega la prestigiosa Literary Review a la peor escena de sexo incluida en una novela.Y eso que es el eterno candidato: en su última obra, 1q84 compara a la vagina… ¡con una oreja! (no dá)
lo esencial es invisible en las palabras… Noah Kalina
Este singular galardón fue fundado en 1993 y tiene por fin “llamar la atención sobre la frecuente inclusión de escenas sexualmente ridÃculas o de mal gusto en la narrativa moderna” que, parece, suele abundar en groserÃas innecesarias …. ¿o es grosero el sexo, y hasta las palabras han contribuÃdo a distorsionar lo que realmente es?…