Videojuegos de realidad virtual erótica, el sexo del futuro

En 2016 supimos con certeza que en menos de lo que creíamos los seres humanos acabaremos compartiendo la cama con los robots y peor, que los videojuegos de realidad virtual erótica nos permitirán tener en casa a la pareja ideal e interactuar con ella cotidianamente, como marido y mujer, e incluso alcanzar el orgasmo y pelear por el control remoto de la tele, claro, todo ese menú sin sacarnos las gafas.

Personalmente no me veo durmiendo abrazada a una cosa de lata ni alienada detrás de unos lentes, pero en Japón, la capital de los inventos más pervertidos del mercado ya han diseñado experiencias semejantes a las que viviremos cuando lleguen a nuestras vidas estos temibles electrodomésticos sexuales.

La revolución de la realidad virtual es Ilussion Vr, también llamado The Full Body Virtual Interface, y se trata de un equipo con traje estilo buzo conectado a sensores táctiles de alta sensibilidad que simulan el acto sexual física y visualmente. El hombre se introduce en el disfraz y todos sus complementos para el juego y enseguida empieza el concierto de gemidos oh ahí ooh ahh. La marca de juguetes íntimos para hombres Tenga promete con esta nueva herramienta que acariciar unos pechos de silicona (el disfraz viene con un par incorporado), provocará las mismas sensaciones que produce el contacto con las partes íntimas femeninas, ya que los sensores fueron desarrollados con la tecnología más sofisticada. El sistema incluye un curioso dispositivo en donde se introducen los genitales masculinos, pues el juego debe tener un final feliz…

No me niego al progreso, de hecho creo que los juguetes y la virtualidad enriquecen la vida privada de las personas y hasta son recursos terapéuticos en casos de pacientes con fobias y trastornos de personalidad. Pero la real realidad es que hoy basta con bajar una app o acercarse en la fila del supermercado a la chica que te gusta para compartir un café y con un poco de arte conseguir cariño real. En fin, que esta revolucionaria máquina de sexo virtual cuesta cerca de 400 dólares y ya se agotó, en Japón, al menos.

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En Japón enseñan a los solteros a ser padres

El sexo está sobrevalorado en todo el mundo, salvo entre los jóvenes japoneses que según parece lo “subvaloran”. Las últimas estadísticas oficiales indican que en el país nipón el 42% de los hombres y el 44,2% de las mujeres jamás intercambiaron cariño carnal con nadie. Son vírgenes, de alguna manera, pues es probable que se den al autoplacer, y eso cuenta como sexo.

Más allá de las cuestiones semánticas los datos resultan una gran contradicción tratándose de uno de los países con hábitos y costumbres eróticas bastante especiales. En las calles de algunas ciudades funcionan las buruseras o tiendas que venden bombachas usadas de adolescentes, y es una de las sociedades que más juguetes sexuales consume y diseña, de hecho, los de Tenga, por lejos, son lo más refinado del mercado. No olvidar tampoco que inventaron el Shibari, un juego de sumisión al estilo del bondage y en el que uno de los amantes queda inmovilizado por un intríngulis de cuerdas y nudos imposibles de desatar. Este especie de “tortura” fingida (pues hay límites establecidos y no causa dolor) ya se practicaba en el siglo XV, y por rara Taschen editó un libro dedicado a explorar el misterio y la estética de esta antigua técnica amatoria (acá en la Casona del Sado ofrecen el servicio de Shibari, por si quieren enterarse in situ de qué va la cosa).

Las artistas plásticos también pintaron bellas y explícitas imágenes; y en el cine no se queda atrás. Lo más liviano que recuerdo haber visto es la escena de Lost In Traslation, cuando Bill Murray entra a casa para hombres y queda hipnotizado por las bailarinas de caño.

ojo con hacer Shibari casero sin saber la técnica de los nudos Taschen

Tanto estímulo hace suponer que ha de ser bien alta la población de onanistas, realidad que les ha jugado en contra, ya vemos, y que ahora el Gobierno LOCAL intenta revertir ante la baja tasa de natalidad. Pero entre las estrategias que han puesto en marcha para encenderle la mecha a la población figura un curso de…. paternidad.

En la Universidad de Ikumen de Tokio implementaron clases especiales sobre el “arte de ser padre” con el fin de infundirle ganas a los hombres jóvenes de acostarse con mujeres. Acunando a unos muñecos hiperrealistas los alumnos aprenden los cuidados básicos que exige una criatura, léase cambiar pañales, vestirlos, darles de comer e incluso bañarlos, algo muy amoroso pero deserotizante a los fines prácticos. Además de ponerles un chaleco de 7kg simulando un embarazo, también les enseñan a comunicarse con su pareja. Es que los japos son de pocas palabras.

Eso me recuerda a uno los últimos libros de Murakami, Hombres sin Mujeres. Todas las historias y fracasos sentimentales coincidían en un solo punto: la silenciosa manera de ser de la cultura japonesa. Aunque la falta de diálogo en la pareja no es patrimonio de ningún hemisferio, sino la epidemia del siglo XXI.

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Para la gente joven el sexo es vintage

El sexo es vintage. Lentamente está pasando de moda, aun cuando nunca hubo tanta oferta ni fue tan fácil conseguirlo como en este siglo XXI. No porque sí la revista Playboy ya no pone chicas desnudas ni en su portada.

Me atrevo a decirlo en un momento en el que las redes sociales han multiplicado las posibilidades de cualquier ser humano de acceder a un encuentro casual. Ahora que tenemos porno casero hasta en el celular, y ahora que hasta en el anuncio de galletitas hay un mensaje erótico encriptado. Ahora que al fin las escuelas entendieron la necesidad de la educación sexual (en el mundo, acá nos falta), y que somos un poco más conscientes de las pestes que podemos pegar si no usamos protección. Ahora que hablamos libremente de lo que nos gusta y lo que no, que habemus Viagra y vibrador a control remoto, que tenemos coach y robots, y que las mujeres se han emponderado en la cama también. Cualquier día de éstos el Papa pide que usemos condones!!!

Para mí que los primeros síntomas de ese hastío incipiente se dieron en Japón, donde hombres y mujeres se tocan cada vez menos, y a cambio crecen el onanismo, el consumo de juguetes y esas prácticas estrambóticas que no incluyen penetración ni ninguna otra clase de contacto. La decadencia mayor la sufre el cine XXX desde que cualquiera puede filmarse un videito en casa y subirlo la red para que lo vean los amigos.

 ....amor, nada más…

La confirmación palmaria del que el sexo per se nos tiene un poco podridos surge de un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista Archives of Sexual Behavior, que difunde la mayoría de los estudios y ensayos científicos de institutos y universidades de Estados Unidos y el mundo. La investigación demuestra que la gente nacida en las décadas de los 80 y los 90, es decir los millenials, tienen menos relaciones sexuales que sus padres y abuelos. No es que no las tengan, tienen menos, y con complicaciones.

Y como no. La sobre información y el bombardeo de imágenes han resultado un bumerán para el deseo. En vez de darnos ganas nos dió pánico escénico. Frustraciones, y en el peor de los casos, depresión. Eso no solo le pasa a los jóvenes. “El sexo no es nada” me dijo una vez un seductor serial que solía acosar hasta las mujeres de sus amigos, mientras los sábados por la noche se hundía en la soledad de una cama King Size y el plasma más grande de todo Miami. 

Y es que tarde o temprano todos acabaremos descubriendo que lo único que necesitábamos era una buena conversación.

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Un restaurante nudista de Japón no admite gordos

Si sos mayor de 60 y estás pasado de kilos y de casualidad estás de vacaciones en Japón y se te ocurre hacer algo distinto, como ir a comer a un restaurante nudista, por ejemplo, bueno, no podrás. Las polìticas de admisión de The Amrita, un singular emprendimiento que abrirá sus puertas en Tokio el próximo 29 de julio, son muy estrictas, según leo en el cable de la agencia EFE. Abiertamente los dueños del lugar han dejado claro que quieren crear un ambiente elegante como el de “la Roma Clásica”, pero al parecer eso pasaría por el tamaño y la edad de los comensales. Como en cualquier lugar del mundo donde el patovica de la puerta te dice amablemente que no podès entrar porque ese día “hay una fiesta privada”, acá no te dejan entrar si no estás bien aspectado.

Lo bueno dentro de lo malo es que te lo avisan de antemano. Los códigos para acceder a este espacio figuran publicados en la Web (està en japonès), en la que se advierte que no podrán entrar al salòn quienes tengan 15 kilos arriba del peso adecuado a su estatura. A esa gente no se les dejará pasar, e incluso les será devuelto en la puerta el dinero de la reserva, porque para reservar hay que pagar antes 12.000 yenes (unos 100 euros) a cuenta del menú, que oscila en 700 euros. Del mismo modo quedarán excluídos los menores de 20…. y los mayores de 60 años, como así también las personas que lleven tatuajes en el cuerpo, pues en Japón se considera que son de la mafia. A diferencia de los locales de este tipo que ya funcionan en ciudades como Londres y Melbourne, en The Amrita los clientes deberán usar obligatoriamente dentro del restaurante ropa interior de papel que les darán en el lugar.

Cométe todo mi nigiri Foto Getty Images

Como es de imaginar no están permitidos los teléfonos celulares ni las cámaras de fotos y tampoco hablar, mucho menos tocar, a los comensales de las mesas vecinas. En fin. No le veo la gracia ni el atractivo a eso de comer (semi) desnudos y en público, es más, me parece un asco, como el body sushi. 

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Se alquilan hombres para dormir abrazadas

Es lindo dormir con alguien, arroparse despacio contra un cuerpo tibio hasta caer sumidos en el letargo y luego, en ese paréntesis obligado, contarle tus secretos a la almohada. Cuando yo era chica creía que mis padres soñaban las mismas cosas por el simple hecho de poner la cabeza todas las noches en la misma almohada (de dos plazas), como si las fantasías salieran del relleno de espuma y no del inconsciente. Tardé en entender que no, aunque me gustaba la idea, y aún me gusta. 

Finalmente esa visión edulcorada del amor y la vida en común se desvanece cuando uno entra en la vida adulta y cae narcotizado por el cansancio para amanecer en la cama despatarrados y babeantes, y a merced de otras consecuencias menos decentes (roncar, hablar dormido, andar sonámbulo llevándose todo por delante, despedir gases etc.) Por eso que alguien te invite a dormir después del sexo quiere decir que, o bien no tiene ganas de llevarte a tu casa porque es muy tarde (es decir, le das lo mismo), o que algo te “aprecia”.  

y sabés contar cuentos? via Only for Queens

Esa ilusión del cariño se puede alcanzar por completo en Japón, país heredero de las bellas durmientes, como relata Kawabata en su libro acerca de esa misteriosa residencia a donde los señores iban a pasar la noche en compañía de mujeres bonitas que dormían la mona mientras ellos las contemplaban y escuchaban su delicada respiración. Es un país tan avanzado! Hoy allá se alquilan novios, pechos para llorar, gatos para acariciar etc y ahora también hombres para acompañar a las mujeres solteras que no quieren dormir en soledad.

Rose Sheep” se llama la novedad, una empresa  a la que uno llama por teléfono y pide que le manden un “sheep” (oveja en inglés), léase, un lindo chico de entre 20 y 30 años dispuesto a pasar la noche en cucharita. Este curioso servicio, como los demás, no incluye relaciones sexuales, solo abrazos y caricias, es decir, una puede ovillarse que la oveja te va a cuidar. Viendo la carita de los galanes imagino que estas criaturas son seres decentes, aunque no hay que fiarse de las apariencias a estas alturas de la soireé. Acá no sé como podríamos ejecutar este negocio sin caer en la trampa de la prostitución. 

Cuestión es que los precios varían según las horas de sueño, porque se puede tomar el servicio para la siesta (entre 162 a 325 dólares) o pasar la noche por 400 a 800. En las sesiones más largas los hombres también cenan y toman tragos con las clientas, y a veces hasta cocinan algo rico. El yeite tiene upgrade, pues uno puede contratar varias ovejas (eso ya depende del tamaño de la cama) para dormir en dulce montón. “En las noches solitarias, cuando no puedas dormir, o quieras alguien a tu lado, siente el calor de un hombre al ritmo que te relajas y te liberas del estrés y las preocupaciones”, dice la web de la compañía (esta toda en japonés). 

Me voy pal Japón….

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En Japón se alquilan hombres para llorar

Esta sí que es una gran idea. Ya teníamos abrazos pagos y bares de gatos (cuatro patas) para acariciar, ahora los japoneses acaban de inventar otro servicio, esta vez, para mujeres heterosexuales solas: alquiler de hombres para llorar. Así de desopilante como suena. A falta de un amigo o amiga que ponga el hombro en los momentos duros, cuando volvés a tu casa y querés hundirte en la cama y no hay paño de lágrimas a la vista, están los Ikemeso, tipos lindos, y de distintos perfiles que por 55 euros dan alivio a clientas desprovistas de quién les dé consuelo.

El cerebro detrás del negocio es Hiroki Terai, un verdadero emprendedor teniendo en cuenta que el proyecto no requiere inversión ni da pérdida. Para montarlo a lo sumo habrá necesitado hacer un buen casting y comprar unas cuantas cajas de pañuelos descartables. El servicio consiste en que el Ikemen primero te ayude a soltar la angustia, supongo que con alguna técnica conductista o poniéndote el dedo en la llaga con cierta delicadeza, que vendría a ser casi lo mismo. Luego viene la magia del alivio, pues te acaricia la mejilla, toma un pañuelito de papel y te seca las lágrimas, quizá diciendo alguna cosita linda y de perogrullo, como en las películas, pero sin duda será el momento en el que el clinex vale lo que cuesta.

Qué tentador!… aunque por ahora el bisnes parece centrarse solo en el apoyo emocional, objeto de lucro y fuente de fortuna de Terai, digo, repasando la cantidad de presiones que soportamos a diario los seres humanos, y no solo las mujeres.

no hay derrame de lágrimas que no cure un día de spa sunshine cafe

Hete que el japonés se armó una empresa con la desgracia ajena, pues fue el primero de su país en organizar fiestas de divorcio para celebrar el fin de un matrimonio, ocurrencia un poco perversa pero científicamente fundada en aquello de que hay “aprender de la caída y tomarlo con alegría” (en criollo, reír pa no llorar). El hombre también cordina encuentros mensuales de rui-katsu o terapia de llanto colectivo, y hasta publicó un libro Handsome men in tears (Hombres guapos llorando).

En fin, prefiero gastarme los 700 pesos (calculando el euro blue) en otra clase de consuelo descartable, imaginen!…

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El Imperio de los sin sexo

Hace unos días me reía con las ocurrencias de un milonguero de ochenta y pico de años que jura tomar todos los días la dosis de la pastillita azul recomendada por su médico, que luego él amortiza con sesiones esporádicas de sexo oral, y no mucho más, dice, porque ha comprobado, hace años ya, que el sexo quita energía.

Yo pensaba que era al revés, que la ración de franela semanal inyecta endorfinas y todas esas hormonas que te ponen arriba. La falta de deseo que padecen muchos tal vez tenga relación directa con el hecho de poner la libido en causas menos efímeras, como el trabajo y el cultivo del intelecto. Será por ello que los japoneses son tan laboriosos y exquisitos espiritualmente. Según un documental emitido por la televisión española hace poco, los nipones baten el récord mundial de abstinencia sexual al tiempo que en la tierra del Sol Naciente crece y se multiplica la millonaria industria de pornografía y “afines”. Ellos se descargan con muñecas, gatos, prostitutas, películas, máquinas y una rica variedad de inventos para gozar sin esfuerzo físico.


mucho taco y lencería… para nada via blackrain foto verónica fever via bigfun

“Yo quiero a mi novia, pero cuando llego a casa y ella quiere hacer el amor, me cansa el sólo hecho de pensar que la tengo que hacer gozar”, nos dice un fatigado personaje llamado Fumiyo, asiduo cliente de los tantos sex shops que pululan en Japón. El documental El Imperio de los sin sexo, que ojalá vuelvan a emitir ( yo lo pesqué de cuete en una madrugada insomne) ….

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En 2011 se vendieron 50.000 muñecas

No sé si son menos feas que ésas de porcelana descascarada que venden en los mercados de pulgas como trasto viejo, pero las muñecas inflables me dan miedo, con perdón de quienes usan estos extraños juguetes sexuales para darse placer, en reemplazo de la compañía femenina, real. Una lástima, habiendo tantas mujeres de piel y hueso que no encuentran a un tipo que las quiera, y viceversa, pues también hay muñecos, aunque la demanda debe ser menor, creo yo.

no te asustes, precioso…soy de verdad…luk3y via bigfun

Cuestión es que el mercado de las sex dolls pegó un salto el año pasado, supongo, a la par del aumento de la soledad y la insatisfacción humanas: en 2011 se vendieron más de 50.000 ejemplares de silicona y vinilo, poquitas en relación a la población mundial, pero suficientes si pensamos que cada una cuesta cerca de …6000 euros. Después del furor del Tamagochi y el animé, Japón vuelve a ocupar el podio del entretenimiento convirtiéndose en el mayor fabricante de estos sofisticadísimos “complementos” para adultos, porque la nueva generación de muñecas hasta hablan y tiene las manos suaves, como recién hechas en la manicura….

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