El porno mudo y dos ladrones enviagrados

Dos noticias con gracia para arrancar un lunes soleado: en México restauraron una vieja película porno muda; y en Mendoza, unos ladrones entraron a robar en una farmacia de la ciudad de Godoy Cruz. Aprovechando que estaban “trabajando” en el lugar indicado, los chorros le exigieron al cajero, a punta de pistola, que además del dinero les entregara 10 cajas de Viagra. Diez, no una. Los muchachos para mí que entraron al negocio con fines muy concretos, robar la pastillita azul, y de paso, si había platita, ¡bingo!. Pensando en el bien de la comunidad femenina, y en el pellejo propio (en primer lugar) el empleado les entregó el pedido sin chistar.

 

el cabaret, una versión naive del porno, alexandra dragon via lifecabaret via lavitaebela

Lo de México tiene su encanto, al menos, el título es llamativo. “Accidente afortunado” se llama la película muda filmada en Cuba en la década del 40, y que fue restaurada por los expertos de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México. La cinta, que está filmada en “formato 16 milímetros”, dura 20 minutos y cuenta las aventuras eróticas dos mujeres y un atractivo mulato, fue encontrada por un estudiante de cine mientras revisaba una canasta de trastos viejos en un mercado de antigüedades.”Es la primera de su tipo de la que se tiene registro en el país”, explicó el subdirector de la Filmoteca de la Unam, Francisco Gaytán, a la agencia de noticias DPA y agregó que se sabía de la existencia de este “intercambio cultural erótico” entre Cuba y México.

Creo que hay registros aún más viejos que datan del eterno interés de algunos cineastas por filmar la pornografía de su tiempo, y supongo que aquellas producciones habrán sido igualmente vacías de argumento pero más reales, al menos los actores se las arreglaban con el talento y no con los trucos, como los chorros de Mendoza…

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Un exhibicionista suelto en las calles de Mendoza

Siempre que llueve por la tarde vuelvo mentalmente a mi barrio, así esté lejos, como ahora, de aquel paraíso de calles anchas, casi al borde de las sierras y los ríos cordobeses. Recuerdo vívidas las siestas taciturnas de verano y la barra de chicos chapoteando en la Pelopincho de los hermanitos Gómez, los únicos de la escuela que tenían jardín con “piscina” (el resto, manguera y  fuentón). Yo vivía al frente, cruzando la vereda, en una casa de los años 40 que ocupaba toda la esquina, pero mi madre me llevaba y me traía rigurosamente porque en época estival solía rondar un “sátiro”, un loquito vestido de heladero que andaba en bicicleta gritando “palito bombooóm” y con el paquete al viento, asustando las chicas. Culpa de ese enajenado no podíamos andar solos a determinadas horas, ni ir a la despensa ni a la casa de algún amiguito.

 

ay ojalá se asomen pronto las vecinas yimmys yayo via big fun

Ahora a la distancia me parece tan patético aquel tipo, y todos los onanistas como él. Leo en las noticias de un diario mendocino que en la ciudad de Godoy Cruz una chica de 19 años y a una señora que esperaban un colectivo en la parada fueron sorprendidas por un muchacho de unos 35 años que a pleno mediodía les mostró sus atributos sin que nadie se lo pidiera. Ya la sola la imagen del infeliz con el pantalón bajo me da risa. Las mujeres lo denunciaron, claro, nunca se sabe hasta dónde puede llegar un loco de éstos.

Este hizo lo mismo que el de mi viejo barrio: dió vueltas en camioneta, estudió el escenario, luego estacionó frente a la parada, abrió la puerta del acompañante, se abrió el cierre y sacó su equipo para luego hacer “autoerotismo”, como definió el diario local. Parece que el tipo disfrutaba de su hazaña y se le notaba en la cara, se lo veía contento, dijo la chica más joven. Solo se inmutó cuando ellas salieron corriendo… seguramente confundidas por la risa y el espanto. ¿Es un delito que te obliguen a ver lo que no pediste ver?. Creo que sí.