-soy una mujer moderna, soy una mujer moderna, soy una mujer moderna… me repetía, cual mantra, el pasado sábado a la noche, mirando las “sobras” del espectáculo acontencido en el pallier de casa.
Desde que vivo en el último piso sé que el ascensor sube hasta el final sólo si subo yo, pues al frente vivía Angélica y Angélica ha muerto hace dos veranos, dejando su propiedad vacía de sí, llena de su fantasma. Es decir, estoy sola de vecinos, ahí arriba. Cuestión es que el sábado en horas tempranas de la noche escucho que el ascensor estaciona en mi susodicho piso. Dos siluetas en sombras, bajan
bueno, acá nadie podrá vernos, o sí?… . artislovely via bigfun
y se dirigen en puntitas de pie a la terraza, siempre cerrada con llave, iluminada con esas luces perennes que se encienden cuando detectan cuerpos. Esa noche, no se prendieron…