Hace unos días me reía con las ocurrencias de un milonguero de ochenta y pico de años que jura tomar todos los días la dosis de la pastillita azul recomendada por su médico, que luego él amortiza con sesiones esporádicas de sexo oral, y no mucho más, dice, porque ha comprobado, hace años ya, que el sexo quita energía.
Yo pensaba que era al revés, que la ración de franela semanal inyecta endorfinas y todas esas hormonas que te ponen arriba. La falta de deseo que padecen muchos tal vez tenga relación directa con el hecho de poner la libido en causas menos efímeras, como el trabajo y el cultivo del intelecto. Será por ello que los japoneses son tan laboriosos y exquisitos espiritualmente. Según un documental emitido por la televisión española hace poco, los nipones baten el récord mundial de abstinencia sexual al tiempo que en la tierra del Sol Naciente crece y se multiplica la millonaria industria de pornografía y “afines”. Ellos se descargan con muñecas, gatos, prostitutas, películas, máquinas y una rica variedad de inventos para gozar sin esfuerzo físico.
mucho taco y lencería… para nada via blackrain foto verónica fever via bigfun
“Yo quiero a mi novia, pero cuando llego a casa y ella quiere hacer el amor, me cansa el sólo hecho de pensar que la tengo que hacer gozar”, nos dice un fatigado personaje llamado Fumiyo, asiduo cliente de los tantos sex shops que pululan en Japón. El documental El Imperio de los sin sexo, que ojalá vuelvan a emitir ( yo lo pesqué de cuete en una madrugada insomne) ….