“Igual dejé que pasara. Una parte de mi sabía que eso no debía estar pasando pero otra más grande quería que sucediera”… comienza diciendo, con lágrimas de cocodrilo, la protagonista de la historia .
No hay como los norteamericanos para el eufemismo, para no decir nada y decirlo todo a la vez. En su boca el pecado puede sonar a travesura infantil, y uno, si se descuida, termina perdonándoles hasta el cinismo. Le cuento a mi colega Marcelo Stiletano que desde que terminó Seinfeld me siento huérfana de series y él me comenta, a propósito, que este martes 7 de junio el Discovery Health pondrá en pantalla una serie sobre la infidelidad en el que las parejas someterán su caso (real, supongo) al arbitrio de un tribunal formado por el público, amigos, familia y exs.
Me parece o el tema está más vigente que nunca. Estamos hablando muy seguido del engaño y sus razones, ya no hay tabú…¿será que le estamos buscando una justificación?, ¿la fidelidad va en contra de nuestra naturaleza?¿ estamos a las puertas de aceptar finalmente la doble vida? Sin dudas algo está cambiando en nuestra forma de tender vínculos… sentimentales.