Los supermercados no venden raciones para singles

Ordenando cajas y revisando papeles viejos solemos encontrar rastros de nuestras vidas de casados, y si es que no seguimos en ese estado (o cambiamos de pareja), qué duro comprobar que éramos dos gorditos (aparentemente felices) pero en franco camino al sobrepeso. Todavía no habíamos fanatizado con el running ni el spinning y no existían las aplicaciones con filtros para afinar la selfie. Íbamos al súper y sin culpa llenábamos el carrito!

Con mi ex marido fuimos de los primeros foodies que abandonaron el melón con jamón para pasar a la rúcula con brie, al risoto con hongos y otras “finuras” que pocos restaurantes incluían en las cartas. Y así se nos empezó a disparar la cintura. Cuestión es que mi ex volvió a casarse y a duplicar el diámetro de su barriga, tal es el destino de algunos hombres esposados” (fea palabra)viven más aunque engordan rápido, dice un estudio clínico publicado años atrás en una revista científica. Conclusión que no deja de ser un oxímoron: viven más, pero enfermos.

Sendos estudios confirmaron aquello de que socialmente los individuos tendemos a beber, fumar y comer más que lo habitual, incluso las raciones de alimento son un 75% más grandes que las ingeridas en soledad. Por eso se cree que las mujeres casadas tienen 4 % más de posibilidades de engordar que las solteras (los hombres el 6,1%) con el agravante de que si las dejan son capaces de comer la misma cantidad de milanesas que un hombre.

El panorama cambió notablemente en diez años. El drama sentimental de este siglo XXI (la soledad) replicó en las góndolas: no hay alimentos envasados tamaño single. Todo viene en pack familiar. Los solos tampoco pueden aprovechar las promos porque, aunque lleves 2×1, el segundo vence antes de que termines el primero, y entonces al final costó lo mismo. En la verdulería te miran raro si llevás dos tomates, una papa, una manzana. Peor cocinar para uno y recalcular mal las proporciones de las recetas preferidas, aunque ante el creciente número de hogares unipersonales alentó la edición de libros de cocina especiales para gente sola.

En fin, juntos y sanos sería la fórmula ideal, pero en caso contrario… no hay mal que dure cien años, ni que por bien no venga. 

 

 

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Estar gorditos afecta negativamente a la pareja

Ser flacos y fibrosos es una de las grandes obsesiones contemporáneas. Por mucho que nos quieran convencer de que “lo importante es lo de adentro”, de alguna manera todos acabamos abonados a las dietas mágicas, persiguiendo ese ideal de belleza asociado a la delgadez. Por esa razón en el mercado de las citas románticas tener kilos de más es hoy una desventaja, confirman las encuestas. ¿Hay que cerrar la boca para conseguir pareja?…Si, parece.

Según un sondeo realizado por PronoKal Group®, un portal sobre dietas con base en distintos países del mundo, para el 74% de las personas estar gorditos afecta negativamente a una relación de pareja, sea porque trae problemas de autoestima (52%), causa dificultades sexuales (31%) o porque impide concebir hijos (16%). El 93% de los solteros que padecen exceso de peso u obesidad confesó que estar fuera de forma es una dificultad seria a la hora de encontrar el amor, dice un estudio sobre nutrición y sexualidad publicado en el Diario ABC. Qué injusta es la vida, pues compartir la mesa es uno de los máximos placeres de la relación, sin embargo entregarse a la comida luego puede ser causa de divorcio: el 94% de los hombres consultados pensó en dejar a su mujer a causa del aumento de peso, dice la encuesta. 

irresistible,  de todas formas!

Nosotras las mujeres son más consideradas, incluso hasta podemos enamorarnos de un gordito, sin esperar que un día adelgace y se convierta en el hombre de vientre tipo tabla de lavar que posa en los anuncios de calzoncillos. Al menos así razona el 57% de mujeres, para quienes el exceso de peso no determina el tipo de pareja que se busca. Es decir, ser delgada no implica renunciar a un hombre con panza.

Para los flacos, el principal motivo por el cual los gorditos buscan pares es la falta de autoestima (40%), mientras que quienes sufren el sobrepeso consideran que tienen más afinidad y compatibilidad con un igual (37%). Según cita el artículo, los jóvenes son los más prejuiciosos con la imagen. El 60% de la gente de entre 18 a 30 y de 31 a 55 años considera que el exceso impacta mal en las relaciones sentimentales, mientras que el 75% de los mayores de 55 años cree lo contrario.

De todos modos la meta no es estar en forma para conseguir pareja, sino para estar sanos y vivir mejor. De eso también dan fe las estadísticas.

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Las mujeres suben hasta 4 kilos cuando se enamoran

La felicidad engorda. Lo veo en la cintura rebalsada de algunas amigas que en los últimos años armaron pareja estable y que ahora comparten techo con su querido. A todas nos pasa. Recuerdo que en mi época de señora pesaba más de lo que peso hoy y, sintomáticamente, cuando necesité volver al mercado caí en la cuenta de que primero debía largar los postres y volver al gimnasio para levantar lo que había caído. Quedé divina. Pero así es la vida, cíclica, y cínica: no comemos para estar ágiles a la hora de cazar, y cuando tenemos la presa la engullimos, literalmente.

Según una encuesta realizada un año atrás por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad entre más de 2000 mujeres de entre 30 y 40 años, el 81% de ellas coincidió en que cuando encontramos al “hombre de nuestra vida” y formalizamos, engordamos hasta 4 kilos. La comida se vuelve un plan en sí mismo. Un día te hago milanesas, otro me amasás ravioles y los domingos paseamos por el súper llenado el chango de harinas y alcoholes (me salió en versito). Y cuando logramos atarlo a la pata de la cama, atacamos la heladera, dice la encuesta que vengo a refrescar a propósito de otra lectura (acerca de que el orgasmo fingido quema calorías, el real no). Al principio de la relación el 25,6 % de las consultadas confesó dejar de comer compulsivamente, frente el 50,7 % que admitió comer más cuando el vinculo está finiquitando. Claro, siempre lo dulce le gana a lo salado. Al principio de la relación (cuando todavía sos consciente de la enorme competencia que hay ahí afuera) el 24,7 % deja de picotear entre comidas, algo que no puede evitar el 47,5 % de las mujeres que tiene pareja estable, destaca el informe.

necesito encontrarte…para volver a los postres sunshine

Así somos. Cuando buscamos novio el 42,3 % intenta seguir una dieta saludable, hace más deporte (un 33 %) y el 61,2 % dice tener mucha vida social, frente al 40,3% que admite socializar menos cuando alcanzó el objetivo marido.es que todo pasa al segundo plano cuando lo encontramos. Definitivamente el amor es un sabroso desequilibrio….

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Lo que no hay que comer antes del sexo

Pienso en el frío y en la lluvia y me viene a la mente la imagen suculenta de un guiso de lentejas con chorizo colorado y panceta bien picadita, o el risotto con zuchinis de mi amiga la Tana… hasta veo castillos de flanes con dulce de leche cayendo lento y pesado. Obviamente, de solo imaginar todo ese morfi ya estoy buscando en el cajón el sobrecito de alkaselzer y preguntándome cómo influirán en la libido esos víveres calóricos típicos del invierno. Porque una cosa son los afrodisíacos y otra muy distinta la dieta “antisexo”

che, ¿nos comemos o no las papas fritas?

boudoir boudoir via Flechtner Chancey vía socalyoungnaturist.tumblr.com

Siempre creí en eso de que hay que comer de todo para ser lindo y sano, y que cuando uno es sano en consecuencia hay buen sexo, mas allá de que los alimentos que uno le manda al cuerpo tengan o no algún poder estimulante “paranormal”. Pero mucho más útil que especular con los poderes de la nuez o la palta es evitar los comestibles que por sus propiedades naturales pueden estropearnos la performance. Varios sitios webs se hicieron eco hace unos días de esta lista de alimentos prohibidos en las horas previas al encuentro. Se las paso, por las dudas:

1) Son riquísimas pero también una bomba. Las papas fritas parece que contienen grasas hidrogenadas que disminuyen los niveles de testosterona

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