El “latin lover” está en decadencia

El amante latino, que tantos suspiros arrancaba a las mujeres del todo el mundo, ya no le mueve un pelo a nadie.

Sus encantos han sido superados por los de los europeos y los africanos, en particular estos ùltimos, espléndidos muchachos de figura deportiva, piel tensa y abdomen a cuadritos (esto último corre por mi cuenta). Y si, gustos son gustos, y además, el gusto cambia con los años, evoluciona con la edad (lo no significa madurar). Según Barry R. Komisaruk, psicólogo de la Universidad de Rutgers “la parte frontal del cerebro, encargada del deseo, se activa en cada persona por diferentes estímulos. Cada ser es un mundo aparte y su deseo es un laberinto lleno de misterios y recovecos.”

por eso ya no me gustás, sos demasiado exitista….

Así como a los japoneses les erotiza ver una nuca femenina (por eso el kimono lleva siempre un delicado escote que deja ver los huesitos de las cervicales de las chicas); a los indios los calientan las piernas desnudas y a los latinos, tan propensos a la ostentación, les van los “neumáticos” y las caderas abundantes. Pero las preferencias sexuales ahora también tienen que ver con la personalidad y la cantidad de masa cerebral que tenga el otro. No todo pasa por un plato de carne. Y es ahi donde el latin lover pierde, según la última encuesta realizada en más de 20 países. Los latinos ya no reciben “altas calificaciones en la cama porque a las mujeres no les va la “falsa caballerosidad y el romance impostado”, razones por la que prefieren la fogosidad directa de los africanos y el entusiasmo de los europeos, (el de todos, menos el de los ingleses). El latino, dicen las consultadas, destaca por su falta de compromiso y por ser demasiado infiel, en especial los colombianos, seguidos por los brasileños y los costarricenses.

además están un poco cambiados, los latinos…

Una curiosidad aparte: según una investigación realizada por Jonathan Schwarts, de la Universidad Louisiana Tech, los hombres adictos al trabajo son mejores amantes que los que se estresan menos. El profesor siguió durante un año el comportamiento de parejas en las que el esposo era un adicto al trabajo y los resultados fueron sorprendentes: mayor frecuencia sexual y orgasmos más intensos.

Moraleja: no subestimes al abnegado compañerito de trabajo que se queda después de hora..

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