Un amigo dice que el único sexo casual es el que se da dentro del matrimonio. El pobre lo dice con conocimiento de causa: cada día llega del trabajo más cansado y, apenas se mete en la cama, “palma”. A su mujer le pasa lo mismo. Y también conozco gente que se ha quedado dormida involuntariamente en plena sesión de placer oral. Morfeo no sabe de orgasmos.
Si rebobinamos nuestra vida sexual recordaremos que tales situaciones nos han fastidiado, me refiero a tener sexo y que el fulano o la fulana se echaran a roncar a pata suelta apenas concluida la faena. Cualquier ser humano con sentimientos (y vale el pleonasmo) aspira a conversar un poco, a que le hagan mimitos, otros no, claro. Pero según una encuesta de la Universidad de Michigan y la de Albright, en Pensilvania, no hay que tomárselo a mal pues dormirse enseguida después del acto podría ser un indicador “del deseo de una unión más fuerte y un afecto mayor”. Digamos que si se duerme es que la cosa va en serio.
pero, gordaaa …¡otra vez te quedaste dormida! foto Guy Bourdin
Las mujeres suelen vivirlo mal, sobre todo cuando el vínculo es nuevo. Que el tipo quede frito sin haber emitido palabra (amable, en lo posible) deja un sentimiento de inseguridad y de vacío de afecto. Sin embargo el director del estudio mencionado, el doctor Daniel Kruger, encuentra que el hecho habla por si mismo, es el signo de “un mayor deseo de vinculación emocional, afecto y comunicación en aquellos participantes cuya pareja se durmió primero”…. Seguir leyendo