En Brasil la prostitución es legal y nadie juzga públicamente a quienes practican la profesión más antigua del mundo, pero una cosa es eso, y otra promocionarla. Así lo entendió el Ministerio de Salud del país vecino cuando decidió hace unos días retirar de la vía pública una campaña infelizmente titulada “Soy feliz siendo una prostituta”…. Nadie es feliz siendo prostituta, creo yo.
La idea era promover el uso de profilácticos entre las trabajadoras que, según dice un cable de agencia, ya están tomando clases de inglés y otras lenguas con vistas a comunicarse bien con el caudal de clientes que llegará al país para la Copa Mundial de la FIFA en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
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“El papel del Ministerio es tener contenido específico para fomentar la prevención entre las trabajadoras sexuales, quienes son un grupo muy vulnerable”, dijo el funcionario responsable del área que tuvo la mala idea de sacar una campaña con discurso tan errático. Más allá de eso, se sabe que en la ciudad de Belo Horizonte las chicas hacen fila frente a los institutos autorizados para aprovechar las clases de inglés gratuitas que imparten desde el gobierno. Claro, hace falta un manejo fluido del idioma del cliente para que le quede claro el costo del servicio…
Quieren aprender y negociar bien el pecio, lo que me parece muy lógico