A 25 años de Cuando Harry conoció a Sally

Hoy 21 de julio se cumplen 25 años del estreno de una de las películas románticas más vistas de la historia, Cuando Harry Conoció a Rally, si si, la peli que a muchos les ayudó a caer en la cuenta de que efectivamente los orgasmos son una experiencia muy fácil de fingir. Pero aquel hit nos dejó mucho más que eso, al menos yo no creo que se haya filmado un retrato más redondo y cabal de las relaciones sentimentales entre hombres y mujeres.

Hace dos años falleció Nora Ephron, una brillante periodista neoyorkina que saltó a la fama cuando escribió el guión de esta película que, según confesó alguna vez, tenía mucho de su propia vida. Hace unos días, Billy Cristal y Meg Ryan (que se ha tuneado la cara al punto de estar irreconocible) se reunieron 25 años después, en el Kat’s Delicatessem de Nueva York, el famoso bar donde sucede lo del orgasmo. Pero de todos los momentos memorables del filme me quedo con algunas frases y la última escena, cuando finalmente, doce años después, los protagonistas vencen sus fobias y deciden amarse. Van algunas frases dignas de recordar:

Cuando compro un libro nuevo, siempre leo la última página primero. Así, si me muero antes de terminarlo sé como acaba. Eso, amiga, es un lado sombrío.

-Da la casualidad de que tuve muchas relaciones sexuales buenas.

 

– Quiero la ensalada del chef, por favor, con el aceite y vinagre en un costado y un pastel de manzana a la mode.
 Chef y manzana a la mode.
 Pero quiero el pastel caliente y quiero el helado a un costado. Y quisiera fresa en lugar de vainilla si tienen. Si no, entonces sin helado, sólo la crema chantilly, pero sólo si es de verdad. Si es de una lata, entonces nada.
¿Ni siquiera el pastel?
No, sólo el pastel, pero entonces sin calentar.

– Ningún hombre puede ser realmente amigo de una mujer que le resulta atractiva. Siempre quiere tener relaciones con ella.
– Entonces un hombre puede ser amigo de una mujer que no le resulta atractiva.
– No. También quiere acostarse con ellas.

El asunto de la “vida en soltero”. Conoces a alguien. Van a almorzar. Deciden que se gustan lo suficiente para salir a la cena. Van a bailar. Haces la gran jugada del hombre blanco. Van a la casa de ella, se acuestan y en cuanto terminas ¿sabes qué se te cruza por la mente? ¿Cuánto tiempo tengo que estar acostado aquí y abrazarla antes de ir a casa? ¿30 segundos son suficientes?

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