Bueno, ante todo está la palabra empeñada, la promesa de compartirlo todo hasta el final, la salud y la enfermedad, la pobreza y la abundancia, y todo lo demás. Pero otra cosa es el sexo.
Una importante investigación presentada hace poco en la 109º edición del encuentro anual de la American Sociological Association viene a confirmar la teoría de que a la hora de la acción no hay grandes diferencias entre hombres y mujeres, por más que yo quiera creer que las hay, y muchas. Este nuevo trabajo sostiene que las mujeres casadas de mediana edad buscan aventuras fuera de su matrimonio justamente porque no quieren divorciarse. “Ser feliz en el matrimonio es muy diferente a ser feliz en la cama”, dijo Eric Anderson, autor del ensayo, profesor de sexología de la Universidad Winchester y asesor de una famosa Web de citas para piratas y tramposas.
El estudio, realizado en colaboración con la Universidad de California-Irvine y la Universidad Southern California, relevó la experiencia de 100 mujeres heterosexuales casadas de 35 y 45 años. El 67% dijo buscar aventuras porque querían un poco más de pasión y de sexo, y ninguna pensaba que por eso debían abandonar a sus esposos, con quienes no necesariamente eran infelices en la cama. Simplemente necesitaban ponerle un poco de condimento a la monotonía, además de aumentar la frecuencia de sus relaciones. Una solución práctica, diríamos. “Nuestros resultados demuestran que la monotonía sexual es producto de las relaciones monógamas duraderas. Lo más predecible de una relación es que cuanto más progrese, la calidad y frecuencia del sexo tienda a disminuir. Este es el motivo porque nos acostumbramos y a la vez nos aburrimos del mismo cuerpo. Los hombres y las mujeres no son tan diferentes como se suele pensar”, concluye el autor, con el que no comparto esto último. Al contrario, creo que lo mejora el sexo es la confianza, algo que se consigue con el tiempo.
cariño, contigo pan y cebolla via lavitaebella
La gran diferencia, explican, pasa por la calidad. Las mujeres son infieles pero con único hombre y eligen aquel con el que mejor lo pasan, mientras ellos pueden tener relaciones extramaritales con más de una mujer. Sobre la creciente cantidad de infidelidades y divorcios, Anderson sostiene que “está muy claro que nuestro modelo de sexo y amor con una sola persona ha fracasado. Afortunadamente, con el estudio ayudamos a resolver el dominio que hay en nuestra cultura sobre estos temas demostrando que un engaño no supone que el amor a nuestra pareja haya fracasado”…..¿no?