Bien: ya estamos en 2011….¿y que cambió?: nada. Aquello de “año nuevo vida nueva” es una simple expresión de deseos que suele no cumplirse jamás. Creer que por renovar el almanaque vamos a cambiar nuestra vida y la persona que somos, es una vedadera puerilidad. Sin embargo, en la nochevieja levanté mi copa (llena de agua con gas) y me dí el acostumbrado cheque en blanco: “en 2011 voy a retomar si o si las clases de yoga, organizaré mejor mi heladera, voy ser más buena de lo que ya soy, bla bla bla…”.
Una amiga muy querida piensa en un refresh interno aún más “audaz” que el mío. Ha decidido que estas vacaciones saldará la deuda pendiente con el sexo casual: en la playa piensa entregarle su cuerpo al primer veraneante que le dé un cacho de pista. Nunca se animó a eso de acostarse con un nuevo desconocido. Para ella es importante seducir, tocarse con las palabras al menos dos semanas antes del hecho en sí. Pero como esa receta le ha fallado sistemáticamente en los últimos 15 años, irá por el cambio.
al final, creo que me caés rebien… via le love
Para darle el empujón final le comento que un grupo de “científicos” de la Universidad de Iowa descubrió que también del sexo casual puede nacer una relación estable, de hecho quienes tienen más sexo casual, más probabilidades tienen de lograr una incipiente relación amorosa, por el simple hecho de no buscarla y prestarse con toda calma a las citas casuales.