Soy feliz desde que Carina me bajó el wasap. Mi celular es del período precámbrico de la telefonía, pero fue un regalo de mi amigo Fredy que me cedió el suyo cuando fundió mi aparato anterior, también a kerosene. Gracias a esta paciente empleada de Personal (y no es chivo sino puro agradecimiento) no paro de chatear con mis contactos, por eso me niego a pensar que la comunicación virtual puede destruir una pareja. Lo que la destruye es el desamor….

Sin embargo un estudio reciente de CyberPsychology and behaviour Journal, sostiene que esta aplicación, y feisbuc, ya causaron 28 millones de rupturas sentimentales. Cómo hicieron para contarlas, no sé, pero todo sería culpa del “Síndrome del doble check”: cuando mandás un msm por WhatsApp y llega al destinatario uno se da cuenta por la tilde que aparece al costado derecho. Si es recibido se suma un segundo visto, lo que no significa que el receptor lo haya leído, aclaró la compañía el año pasado. Bueno, ese simple doble tilde es mal interpretado por la mayoría de los usuarios que sufren “un estado de ansiedad y confusión” debido a que sienten que el otro está conectado pero que no quiere responder. Y si. Los celos y la angustia crecen al ver el horario de la “última conexión” de cada contacto, o cuando avisa que el usuario está “en línea” al mismo tiempo que uno. Más claro, echále agua: el otro no te quiere contestar.

voy a entrar a una reunión, después te llamo… via thisisnthappiness

Por esta razón los autores del estudio consideran que WhatsApp está bien para flirtear al principio, pero que después causa el efecto contrario. Y sí: lo que nos une es lo mismo que mañana nos separa…