No seré feliz pero tengo marido

 

La historia demuestra que ser mujer nunca fue fácil en China, y parece que mucho menos fácil es ser soltera hoy en aquel país…aunque la peor parte se la sigue llevando la comunidad homosexual, ya que hasta 1997 ser gay ahí fue considerado un delito. Cuestión es que la tremenda presión social que actualmente sufren solteros y gays alentó un fenómeno no tan ajeno a la cultura occidental: se cree que en la tierra de la seda hay cerca de 16 millones de mujeres casadas con hombres homosexuales, una sociedad conyugal de ficción que les permite calmar el reclamo de la familia, aunque eso signifique llevar una doble vida. Vendría a ser una versión occidental del antiguo matrimonio arreglado por los padres, o el que se consuma por conveniencia de alguna de las partes, algo que en China describen con la palabra Tongqi, por tongzhi que quiere decir camarada (pero que también se usa para identificar a un hombre homosexual), y qizi, por esposa. La demanda de maridos y esposas falsos, creció la oferta de foros y páginas de Internet donde gays y lesbianas en edad de merecer encuentran pares con los que pactar noviazgos de mentira. Una vez que le hacen el show a los respectivos padres, se casan con toda la pompa, y luego conviven bajo el mismo techo pero sin tocarse solo un pelo, lo que a la larga debe resultar insostenible, y frustrante…

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En fin, cada quién es feliz como le sale, pero comento ésto a propósito de un libro de pronta aparición, titulado Hablan los chinos, en el que una periodista de la cadena Ser que fue corresponsal en Pekín indaga en la vida de estos matrimonios armados para mantener la apariencia y ocultar la verdadera identidad, en pleno siglo XXI.