¿Los hombres leen novelas eróticas?

 

No me puse a escribir novelas eróticas (salvo una humilde guía que indaga en la sociología del placer contemporáneo) porque ya lo han hecho muchos, y mejor de lo que podría hacerlo yo. Lo repito siempre: lo mejor ya está escrito.

Sí me gustaría incursionar en los cuentos hot pero para hombres, porque al parecer el boom del género caliente apunta solo a describir el mundo del goce femenino y a alimentar la imaginación de las amas de casa, lo que quizá haya contribuido a la venta de juguetes para adultos, algo positivo, claro. Digo esto leyendo distintas notas sobre la reciente salida al mercado editorial, bajo el sugestivo seudónimo de “Andrea Hoyos”, de ¿Nos acostamos?, una propuesta literaria que ha alentado un mini debate acerca del target al que apuntan estos productos, porque en definitiva, éso son. 

“Quisieron vendernos Cincuenta sombras de Grey como un libro dirigido a mujeres, pero yo no me lo trago; un hombre se puede poner igual de cachondo leyéndolo. Digamos que es una novela que compran ellas, pero que sus parejas les cogen después de la mesilla para leérselo”, reflexiona un escritor en El País de España (link arriba). Y es probable, pero lo cierto es que los muchachos nunca eligen estos ejemplares cuando están frente a las góndolas de las librerías, y si lo hacen se lo llevan disimulado entre otros libros y papeles de trabajo. Tal vez los hojeen en ebook, pero la pregunta es… ¿leen erotismo, o siguen prefiriendo la Playboy, por que trae “dibujitos”? 

…….y qué estas leyendo, tan concentrada?..Foto Gza quentin de briey

El fenómeno de la novela erótica tan promocionado como las nuevas pelis pornos para chicas….¿es real? ¿es nuevo? se preguntan algunos especialistas. “Para empezar, no es actual; a ellas siempre les ha gustado leer sobre sexo, ya a principios del siglo pasado se pasaban de mano en mano Lady Chatterley, cuando fue prohibido por sus escenas explícitas”, dice el scout literario José Hamad. “A las mujeres siempre les ha gustado tanto como a los hombres, salvo en el caso de algunas obras puntuales como El marqués de Sade; lo que está cambiando es el envoltorio, empezando por la portada. Ya no se relaciona a este género con la novela rosa, ahora las cubiertas llevan un diseño más oscuro, más sofisticado, lo mismo se cuenta dentro, y las mujeres en el metro ya no forran estos libros con papel de periódico.” Para el director de la revista Qué Leer, Antonio Iturbe (lo recomiendo, yo lo sigo en Twitter), la respuesta es NO: “La colección Sonrisa vertical, una iniciativa de calidad de la editorial Tusquets, tuvo incluso que cancelar su premio literario hace diez años por el escaso interés de las obras presentadas. De los últimos diez premios, ocho estaban escritos por hombres”, asegura.

Lo cierto es que el debate trae consigo interesantes cuestionamientos de “género”, lo que revela un nicho sin explotar en el mercado editorial. Andrés Arriaga, psicólogo español, sostiene que es un prejuicio creer que sólo las mujeres se interesan en esta lectura:“si en 2013 aún estamos dando vueltas a este asunto es porque, de alguna manera, la sociedad se siente algo incómoda ante fenómenos literarios como éstos y existe cierta tendencia a pensar que las mujeres están en un proceso de ‘hiperexposición’, lo que no deja de ser una forma velada de seguir teniendo prejuicios”. Sin embargo, las mujeres sí están cada vez más hiperexpuestas, pero por propia voluntad, y no es prejuicio, sino realidad.

El mismo prejucio alimenta la teoría de que a los hombres sólo les interesa la lectura de la Playboy, cosa que comprobaré el día que me anime a publicar cuentos…