Vuelven las pin-up

 

Lo lamento por los (y las) devotos del cola less y el corpiño triangulito, pero debo anunciarles que estamos ante el fin de la era de la conejita Playboy y frente al saludable retorno de las pin-up.

Sí: han vuelto al mercado del erotismo esas mujercitas de boca roja y corsets  amatambrados que en la década del 40 y 50 reinaron en el cine norteamericano y le imprimieron a la imagen femenina una voluptuosidad menos agresiva y obvia que la onda porno chic de comienzos del siglo XXI. Lástima que hace poco (un año, aclara la lectora lau) murió la actriz Betty Page, un icono tierno y fatal que alcanzó la celebridad con su flequillo, el portaligas y las redondeces balconeando discretas sobre el corpiño puntudo.


A la inquieta Dita Von Teese, aquí la tienen, le debemos el revival de este modelo asociado más al fetiche que el sexo explícito….

aunque para algunos es de una sensualidad letal la imagen de unas medias con liga de encaje, botas a la rodilla y el  látigo en la mano, tipo sadomaso, tal es la versión contemporánea del look pin-up. Además de bailar y diseñar lencería erótica para grandes marcas, y promover la estética del streptease, tal como lo hiciera Page, Dita (que no tiene un pelo de tonta ni de desequilibrada, al contrario de Page, que tuvo varias entradas al neurosiquiátrico debido a sus violentos cambios de humor) publicó dos libros dedicados al burlesque, su tema favorito. ¿No es una belleza completa?