Cómo no votar a Emanuel Macron, si le gusta el tango, no está afiliado a ningún partido apolillado y encima, luego de un largo y fogoso romance se casó con una mujer 20 años mayor.

Mi análisis de las recientes elecciones presidenciales en Francia podría sonar bastante superficial sino fuera porque esos datos nada menores también hablan de la naturaleza determinada del joven candidato que ya a los 16 le advirtió a su profesora de literatura, entonces casada y madre de tres hijos, que se casaría con ella. Ahora el país galo, que siempre da la nota con sus mandatarios sexualmente hiperactivos y algo escandalosos con las faldas, está a punto de tener a una cougar como Primera Dama. Qué tal. El 39, ella 56. Lejos de ese je ne sais quoi que caracteriza a la típica parisense, Brigitte Trogneux luce como la mujer mayor que es, y no lo disimula. He ahí su mérito.

En este siglo XXI las sociedades estamos naturalizado cada vez más rápido todo lo que antes se consideraba una situación inapropiada, como el ya comentado fenómeno de las mujeres maduras sentimentalmente ligadas a hombres jóvenes, lo que yo digo, el verdadero “empoderamiento” femenino. Igual que los señores que persiguen chicas frescas y tersas, a las cougars las impulsa el amor pero también son seres humanos con necesidad de reafirmar la autoestima y gastarse como Dios manda esos últimos cartuchos en la cama.

 Amor sin barreras… Gza El Tiempo

Un estudio realizado en 2006 en Estados Unidos entre parejas formadas por mujeres diez años mayores que los varones ya revelaba que esa diferencia etaria solo le importaba a los demás, pero fundamentalmente demostró que la cifra de matrimonios formados por maduras y jóvenes se había duplicado entre 1960 y 2007 mientras que (en ese mismo período) había disminuido en forma constante el número de enlaces entre hombres mayores y mujeres jóvenes, algo que en el pasado se consideraba normal, y hasta lógico. “En un año hemos visto que la demanda ha crecido un 30%. Las mujeres mayores con más éxito son aquellas que impresionan por su actitud segura y jovial. Ellas atraen a muchos hombres jóvenes cansados de las chicas de su edad y que buscan a alguien con más experiencia” afirmaba hace tres años la empresaria Christie Nightingale, fundadora de Premier Match, una agencia de citas a la antigua y que aun funciona.

Otro estudio comparativo entre las preferencias de mujeres de entre 35 y 50 años con sus pares de entre 20 y 25, demostró en su momento que las damas adultas están más dispuestas a relacionarse con varones de cualquier edad, raza, religión y clase social. En América Latina el ejemplo más notable de esta tendencia se observa en Chile, donde según las estadísticas del Registro Civil obtenidas en 1995, 8% de las mujeres mayores de 40 años se casaron con hombres entre 5 y 10 años menores; mientras que la cifra aumentó a 12% en el año 2000, a 16% en 2006 y hasta 22% en 2009.

En fin, larga vida al amor de Macron y su rubia profesora…