Parece que fingir un orgasmo es mucho más fácil que filmar un escena de sexo común y corriente en una película de cualquier género, no hablo de las XXX.

La semana pasada se viralizó en las redes (más 10.000.000 de visitas) el making of de una escena de la película Stretch donde queda claro que lo que vemos en la pantalla gigante está bastante alejado de la cama real, algo en lo que siempre insisto: muchos todavía creen que el sexo es como lo muestra Hollywood, magnificado por la cámara y la edición. Y que así de ardiente y prolijito nos debe salir. Nada de eso. Sabemos que, al menos la primera vez con un desconocido/a, con suerte nos sale entre bien y mal, pocas veces moooy bien, y que hombres y mujeres sufrimos la misma presión por salir airosos y demostrar que somos sexualmente activos.

Por lo que muestran las imágenes, lo más arduo es actuar la excitación.  Joe Carnahan, director de Stretch, difundió los intentos de grabar una escena entre los actores Patrick Wilson y Brooklyn Decker, pero esa manera de falsear la situación reavivó el debate sobre cómo mostrar la realidad del sexo y el erotismo sin rozar lo bizarro ni la sobreactuación. En fin, lo de siempre.

Mi escena favorita, aunque no explícita, sigue siendo la de Match Point, un muy bien logrado dogging bajo la lluvia; y la inolvidable Lost in Traslation.…donde nunca hay sexo pero ni hace falta disimular cuánto se desean los protagonistas.