Sexo al aire libre para salvar al planeta

 

Una de las herramientas eficaces para combatir la delincuencia es el circuito de cámaras de tv instaladas en calles y espacios públicos, por eso, jamás se les ocurra ir a practicar dogging al Tigre, por ejemplo. El intendente y flamante candidato a diputado tiene vigilado hasta lo que se mueve bajo de las macetas. Qué ocurrencia, ir a revolcarse a los pastos ralos de la costa del Plata, o a los de la reserva Ecológica! Mejor el terciopelo verde del Brondby Stadium, donde una pareja de daneses se dedicó a lo suyo después de ver perder a su equipo de fútbol, días atrás.

Para algunos hacerlo en lugares abiertos, más que urgencia biológica, es una modalidad excitante, una aventura. Es el caso de los noruegos Tommy Ellingsen y Leona Johansson, que saltaron a la fama cuando en 2000 tuvieron sexo en pleno escenario, durante un concierto de rock, en su país. Lejos de ir presos, los amantes mediáticos fundaron Fuck For Forest (FFF), ONG ecologista que produce porno casero rodado en espacios naturales para luego colgarlo en la Web. Hasta el gobierno les colaboró con dinero, que los buenos sanmaritanos destinaron a la conservación de las selvas pluviales del planeta (je je, querían preservar su “hábitat” natural).

la roca es dura pero, sobre gustos… Foto Dylan Forsberg

El sistema de recaudación les resultó algo desleal a los demás organismos verdes que para juntar unos pesos organizan rifas y eventos solidarios, por lo que la FFF decidió reorientar su ayuda ahora hacia las comunidades indígenas de las selvas (y sí, sin público no tiene gracia, lo lindo es que te vean). Ya ni en la filantropía se puede creer!

Acá publicamos varios casos de sexo a cielo abierto, pero vale recordar que el término dogging viene de dog (perro, en inglés), y que hay dos teorías a respecto: la práctica se denominaría así dado que los animalitos se aman en cualquier parte, o bien porque los propietarios de esas mascotas aprovechan el paseo canino para retozar en la oscuridad de las plazas, bocas de subtes, edificios abandonados, zaguanes de casa, cines continuados (qué lindo!), autos abandonados, terrazas y parques. Como están las cosas acá, te matan en pleno acto, o peor, te llevan hasta el calzón (peor lo primero, claro). Siendo así, habría que reconsiderar la seguridad del Tigre...