No he visto aparatos eróticos más impresionantes que los de las vitrinas del Museo del Sexo de Nueva York. Son la arqueología del autoplacer, de solo verlos cuesta imaginar los malabares que debieron hacer aquellas pobres señoras para satisfacerse sosteniendo los artefactos, grandes y ruidosos como un viejo secador de pelo manual. El “derrotero” por alcanzar el orgasmo no es nuevo para la mujeres, por eso se agradece el estreno de Histeria, una película inglesa que narra, precisamente, la historia del invento más rentable de todos los tiempos: el vibrador. Situada en la Inglaterra victoriana, un par de médicos preocupados por la “inestablidad emocional” de sus pacientas se las ingenian para mejorarles la calidad de vida y, mientras se dan a la acalambrada faena de masturbar a las damas con la mano (ver trailer abajo), uno de ellos, Joseph Mortimer Granville (interpretado por Hugh Dancy), diseña el primer consolador con baterías del mundo. Y la cosa, cambia…
qué complicado es ser “felíz” Foto Andry Tych via bigfun
Creo que en Argentina se estrena dentro de pocas semanas, y aunque no haya críticas todavía, lo rescatable creo yo es que al fin nos estamos ocupando de un fenómeno tan antiguo como el sexo mismo. La dificultad que tienen muchas mujeres para alcanzar el orgasmo no conoce fronteras, y parece ser un flagelo en pleno crecimiento, pese a que la sociedad está cada vez más “sexualizada”. De alguna manera el asunto también inspira el guión de otra película recién estrenada (¿Qué hago con mi marido?), en cuya promo vemos a Meryl Streep mirando de reojo a una banana mientras lee un manual de instrucciones para reflotar el deseo en el matrimonio.
Mirando esta imagen tan triste, celebro que la industria del juguete para adultos no deje de evolucionar…