Lecciones de sexo en la patria de Mozart

 

Todos hablan de esto, pero yo tengo mis dudas. Hace unos días trascendió que en Viena una ex presentadora de programas eróticos de televisión inauguró una Universidad de Sexo, Aisos por su sigla en inglés. Según parece el programa académico consta en su mayoría de materias prácticas, ejemplo, cómo usar las manos, cuáles son las mejores técnicas para acariciar, los secretos de las posturas, cómo besar etc. y para eso los alumnos ( que deben abonar una matrícula de 1500 euros, un disparate habiendo crisis en Europa) contarán con material didáctico y otras comodidades. Por ejemplo, para poder hacer la tarea en un ambiente inspirador, la institución -que funciona en una vieja mansión en las afueras de la ciudad- dispuso una serie de aulas o “dormitorios sexuales mixtos“…

Era de imaginar que la noticia, publicada en el Huffington Post, no caería bien entre los vieneses, que consideran “dudoso” el interés de Ylva-Maria Thompson, ideóloga y la fundadora. La dama jura tener sanas intenciones: quiere que “en el mundo haya mejores amantes”. Qué viva, ¡todos queremos lo mismo!, pero no es el punto.

siiii, me recibí!! vení que te enseño el diploma…...via flaneur

 

Desde acá el emprendimiento suena a prostíbulo encubierto, por algo levantaron en Youtube el video de promoción (no se pierdan el que está en la página web de la escuela). Pero si así no fuere (vamos a ser bien pensados) no hace falta ir a la escuela para ser un buen amante, de hecho no hay por qué ser un buen amante. El sexo es una experiencia privada que se va moldeando al andar, una expresión más de la personalidad que se va formando con el tiempo, en soledad o acompañados (y aún en los vínculos casuales). En todo caso, si hay algo que preguntar, para eso está el sexólogo. Además, no hay “carrera”. No hace falta ser un winner en la cama sino ser uno mismo (bueno, eso no es nada  fácil).

En definitiva es como en el tango: se puede bailar muy bonito y conocer bien la técnica, pero ser un pecho frío… ésos que en la pista no te arrancan ni una falsa emoción.