Estas chicas sí que son audaces. Hace un tiempo vimos en Buenos Aires, precisamente en la zona del Obelisco, la “Marcha de las Putas” (sic), un grupo de mujeres locales que adhieren al movimiento conocido como Slutwalk, nacido en Toronto, Canadá, y que defiende el derecho de las mujeres a vestir como les dé la gana sin que les digan guarangadas en la calle. Cuestión que el movimiento se hizo tan popular que hasta llegó a Jerusalém, donde días atrás unas militantes pelaron escotes y piernas y salieron a marchar por la libertad del vestuario femenino.
Las chicas quieren andar ligeras Foto rawstory.com
Pero…pequeño escándalo se armó en Tierra Santa. La policía estaba a cuatro manos tratando de que la cosa no pasara a mayores porque parece que un sector ultraortodoxo de la sociedad mantiene la cruzada por las polleras largas y los botones prendidos hasta el cuello. “Que vivan como quieran, pero que no nos digan a nosotras cómo tenemos que vivir. Yo no quiero que Jerusalém acabe convertido en Irán o Arabia Saudí”, dijo Sarit Hashkes, una joven de 28 años al corresponsal del diario El País, de España. “Así iba vestida cuando me tiraron piedras” decía un cartel que asomaba por encima de las manifestantes, que están cansadas de recibir piedrazos y escupidas por mostrarse en público con atuendos “provocadores”. “Tenemos derecho a vestirnos como queramos sin miedo a que nos ataquen” dijo una joven estudiante de bellas artes, y claro que sí.
No vamos a juzgar aquí las creencias religiosas ni culturales de nadie, pero ¡bravo por las chicas!