Llegan los días de calor e inexorablemente siento culpa. El resto del mundo empieza a sacarse las capas de ropa y a exhibir los músculos que endureció sacrificadamente durante el año, y entonces yo quisiera quisiera huir al hemisferio norte y no volver hasta el otoño. Pero como la vida “empieza” cada lunes, y nada es definitivo, he pensado anotarme en el gimnasio del barrio. Además de que te regalan la primera clase y dejan entrar con tu mascota, siempre que sea pequeña, dicen que el instructor de zumba es espléndido.
Ya ven, soy una chica de manual. Pero, pensándolo bien, de no ser por las mujeres ¿qué sería de los gimnasios en esta era de apps y redes sociales de las que cada día surge algún nuevo gurú de la tonicidad y la vida sana, capaz de ayudarte a araviolar el vientre y levantar glúteos sin moverte de casa? Al gimnasio siempre se fue a levantar, y no pesas precisamente. Cuando en los años 80 se pusieron de moda estos antros sudados, el casualwear femenino no era muy deportivo ni confortable que digamos, al contrario, recuerden aquellas calzas con malla cola less arriba, polainas, vincha y el infaltable maquillaje al mejor estilo vedette. Hoy ese look es considerado un disfraz de carnaval o peor, de Haloween.
hacemos abdominales? pinterest via icanbestfitspo
Según la antropóloga Kate Fox, directora del Social Issues Research Center, el gimasio como el aeropuerto y el destino de vacaciones son ámbitos ideales para socializar sexualmente, eso significa tener encuentros casuales sin ningún compromiso emocional. En una encuesta realizada el año pasado por un portal de juguetes para adultos en Gran Bretaña al menos la mitad de los consultados dijo haberse apuntado con la intención de “conocer” gente, más que para fortalecer las carnes o estar en estado. El 25% consiguió al menos un compañero sexual en el gimnasio, mientras que el 20 % tuvo sexo con su entrenador personal, objeto de deseo del 70% de las mujeres consultadas, que suelen además recurrir a él para aliviar las penas del divorcio o la falta de cariño en general.
La encuesta del portal Ann Summers realizada entre 2000 usuarios indicaba entonces que el 47% de las mujeres confesó hacer tenido encuentros eróticos dentro del gym, algo que se hizo mucho más fácil desde que existen las apps de citas: el 80% de los consultados dijo haber utilizado una aplicación en el gimnasio para encontrar a alguien que les gustaba.